jueves, noviembre 01, 2012

Las fobias a la muerte: tanatofobia y necrofobia

Todos los seres humanos tenemos un miedo completamente natural a morir, dado que con la muerte nos enfrentamos a algo totalmente desconocido.

La muerte representa para cada persona algo diferente, dependiendo de las experiencias vividas y del significado individual y cultural que le demos a la misma.

No obstante, todos los seres humanos tenemos un miedo completamente natural a morir, dado que con la muerte nos enfrentamos a algo totalmente desconocido para todos nosotros, pero cuando este miedo  se convierte en un terror irracional que afecta nuestra vida, es entonces cuando hablamos de una fobia a la muerte que puede ser: tanatofobia o necrofobia.

La tanatofobia es el miedo excesivo a la propia muerte. Las personas que sufren esta fobia viven con la idea constante de que van a morir, y, por lo tanto, la preocupación por la salud se vuelve excesiva. Si la persona que la padece llegase a enfermar, inclusive de un resfriado, corre el peligro de sufrir un ataque de pánico y, por lo tanto, experimentar una crisis nerviosa.

Mientras que la necrofobia (del griego nekros: cadáver y phob: miedo) es el miedo excesivo e injustificado tanto a la propia muerte como a todo lo que esté relacionado a ella, como cadáveres, cementerios, enfermedades, etc.

El que una persona haya presenciado o experimentado algún trauma infantil en relación a la muerte puede dar origen a esta fobia; es decir, probablemente la persona no se encontraba preparada emocionalmente para poder comprender lo que vivió, escuchó o sintió en ese momento; por ejemplo, el haber visto  un cadáver y sentir terror, la muerte cercana de algún ser querido, o, simplemente, el haber tenido una familia que constantemente hablaba del tema de la muerte, etc.



¿Cómo identificar a una persona con fobia a la muerte?


Una persona que sufre  esta fobia tiene un temor a morir tan intenso que afecta todas las áreas de su vida; es decir, estas personas piensan casi todo el tiempo en la muerte, tanto propia como ajena; y por ello comienzan a sentir mucha ansiedad y un temor incontrolable. La muerte se convierte en su obsesión. El temor a morir los empieza a inundar, y por ello dejan de disfrutar la vida y sufren constantemente.

Las consecuencias de estas fobias pueden ser graves, desde una depresión profunda hasta, inclusive, llegar al suicidio. Por ello es muy importante que la persona que lo sufre, o algún familiar, busque ayuda psicológica de inmediato.

Finalmente, el objetivo del tratamiento consiste en brindar un espacio donde la persona se sienta segura para hablar de sus miedos y ansiedades, y que pueda entender qué es lo que le hace sentirse de esta manera; y así, poco a poco, la angustia comenzará a disminuir y la persona será capaz de llenar con "vida" aquellos espacios donde la muerte habita en su interior.