En este sentido, llamaron a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Instituto Conmemorativo Gorgas y el Centro de Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) a coadyuvar para esclarecer este caso.
Los ocho recién nacidos murieron entre los días 12 y 13 de junio pasado en el mencionado hospital público en la capital panameña por causas que aún se desconocen, situación que puso en estado de alerta a las autoridades de salud.
El retraso en la difusión de esta noticia causó que el presidente de la Comisión Médica Negociadora Nacional (Comenenal), Domingo Moreno, responsabilice a los gremios del sector de salud y a la parte administrativa de la CSS de ocultar la muerte de los neonatos.
Por otra parte, la directora nacional de servicios y prestaciones de salud de la CSS, Lizka Richards rechazó la posibilidad de que estas muertes hayan sido causadas por alguna bacteria o virus o por el mal suministro de medicamento, y lo relacionó a un "agente externo".
En abril varios gremios panameños denunciaron la flexibilización de las normas para la entrada al país de medicamentos y dijeron que temían "daños a la salud".
En 2006, unas 200 personas murieron en Panamá intoxicadas con un jarabe para la tos que terminó siendo un veneno.