destino final, a los pies de una montaña donde
buscará indicios de vida, en una maniobra aún
más peligrosa.
Los círculos muestran la reducción del área de aterrizaje del Curiosity
En apenas un par de meses, el vehículo robotizado Curiosity de la NASA llegará a Marte para probar una nueva estrategia de cara a encontrar vida más allá de la Tierra. Su aterrizaje, previsto para el 6 de agosto, se realizará más cerca de su destino final, el monte Sharp en el centro del cráter Gale, el lugar donde realizará sus operaciones científicas, entre ellas la búsqueda de indicios de vida presente o pasada en el Planeta rojo. Si todo sale como está previsto, el rover se posará exactamente a los pies de la montaña, un lugar privilegiado para realizar investigaciones, pero esta decisión añade aún más peligro a la maniobra, según reconoce la propia agencia espacial norteamericana.
El Curiosity despegó a bordo de un cohete no tripulado Atlas 5 el 26 de noviembre para un viaje de nueve meses, con 60 millones de km por delante que deberían terminar justo el 6 de agosto. En un principio, la zona de aterrizaje del rover planteada por los científicos medía 20 km de ancho por 25 de largo. Ahora, ese área se ha reducido a 7 km por 20 km, suponiendo que los vientos y otras condiciones atmosféricas se comportan como están previstas. «Estamos recortando casi a la mitad la distancia que tendremos que recorrer después del aterrizaje», explica Pete Theisinger, del Mars Science Laboratory (MSL) en Pasadena, California. «Esto puede hacer que lleguemos a la montaña meses antes».
Ajustar
los planes de aterrizaje es posible gracias a la avanzada tecnología de
la nave que transporta el rover. Los científicos creen que nave podrá
afinar su puntería sin chocar con el monte Sharp. «Nos hemos preparado
durante años para esto», afirma Dave Lavery, del programa del MSL. «Sin
embargo, un aterrizaje en Marte siempre conlleva riesgos, por lo que el éxito no está garantizado. Una vez en el suelo vamos a proceder con cautela».
Una montaña como no hay en la Tierra
El
Curiosity buscará lugares que pudieron haber acogido y preservado vida.
La elección del cráter Gale, situado justo al sur del ecuador marciano y
de 154 km de ancho, para llevar a cabo este objetivo ha sido muy
meditada. Los científicos creen que el cráter se formó hace alrededor de
entre 3.500 y 3.800 millones de años cuando Marte, la Tierra y el resto
de los planetas del sistema solar fueron bombardeados de manera
frecuente por meteoritos. El rasgo más asombroso de Gale son los más de 5
kilómetros de escombros acumulados en el piso del cráter, que van en
aumento.
Los científicos creen que la montaña, situada en el centro de la cuenca, está formada por restos de capas de sedimentos que alguna vez llenaron el cráter. Con el tiempo, los sedimentos fueron arrastrados, dejando lo que hoy se conoce como Monte Sharp, que los científicos esperan revele la historia geológica de Marte.
No hay nada similar en la Tierra y si aquí se formó alguna vez, pudo
ser borrado con el tiempo por el plegamiento y las fallas de la corteza
del planeta.
Si el Curiosity
aterriza con seguridad, los científicos esperan tener dos años por
delante para recabar información sobre el Monte Sharp y sus alrededores.
Quizás nos haga partícipes de una gran sorpresa.