Mujeres que no saben qué más hacer para desaparecer sus rollos, encontraron una útil manera de eliminarlos.
La belleza no es cuestión de tamaño ni de peso sino de distribución,
considera el cirujano plástico Ashkan Ghavami, quien ha operado a unas
700 personas que acuden a él con el mismo dilema: la grasa del abdomen
luciría mucho mejor si estuviera en el trasero.
En su consultorio
en el corazón de Beverly Hills, en el código postal "90210" que da
título a una serie de televisión sobre adolescentes ricos y frívolos de
Los Ángeles, Ghavami se especializa en el "levantamiento de glúteos" por transferencia de grasa, una práctica alternativa a los antinaturales implantes.
Su
técnica consiste en rellenar las nalgas con grasa aspirada del abdomen y
otras partes del cuerpo prósperas en lípidos, como los brazos, los
muslos e incluso las pantorrillas. "Mi peso realmente es el mismo, sólo
que ahora está mejor distribuido", contó una paciente de Ghavami que se
hizo el levantamiento de glúteos hace tres meses. "Estéticamente se ve
bien y la ropa me queda mejor".
De 49 años y sin hijos, esta
contadora que no quiso revelar su nombre afirma que, después de los 40,
ya no había ejercicio que la hiciera quemar las adiposidades de algunas
partes de su cuerpo, ni mucho menos levantar otras. "Así que me dije,
¿por qué no? Más allá del riesgo de la cirugía, ¿qué es lo peor que
puede pasar? Aunque ya veremos si a largo plazo la grasa se va a quedar
donde el doctor la puso", agregó, riendo, la mujer.
Parte de la
grasa, por cierto, se puede inyectar también en los senos para remodelar
su forma. "No se trata de tamaño, sino de forma. El peso (del paciente)
no se va a reducir", explicó el doctor Ghavami, profesor asistente de
la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles
(UCLA) y pionero en esta técnica.
Tal vez los traseros de
Jennifer López y Beyonce sean naturales, pero el de Kim Kardashian
definitivamente es sospechoso, bromeó el doctor, quien adjudica esta
nueva moda a la atención que dan los medios al "pompis" (según él mismo
lo llama, en español) de algunas estrellas.
Por 9.000 a 16.000
dólares, el paciente consigue una -o varias- liposucciones y un "pompis"
digno de sentarse en la ciudad del espectáculo. La tendencia es más
acusada entre afroamericanas, latinas, homosexuales y transexuales de
Los Ángeles, una ciudad definida por la industria del entretenimiento,
donde las extensiones de pestañas, las inyecciones de bótox, la
depilación láser y el "peeling" con luz pulsada son cosa rutinaria.
"Hacemos
liposucciones con pequeñas incisiones, usando una cánula que aspira la
grasa y la almacena en un contenedor estéril", detalló Ghavami, quien
también se especializa en "narices étnicas".
"Luego lavamos la
grasa, la ponemos en jeringas y la inyectamos en las nalgas" usando una
técnica inversa a la liposucción, agregó el cirujano dibujando en un
papel los sectores de los que saca el material que servirá para esculpir
una curvilínea posadera.
El concepto de usar la propia grasa
como relleno no es novedoso -se realiza en el rostro desde hace unos 20
años-, pero "que el trasero sea el foco del moldeamiento del cuerpo sí
es algo muy nuevo", afirmó.
Según la Asociación de Cirujanos
Plásticos de EE.UU., el año pasado se hicieron 13,8 millones de
cirugías estéticas en ese país, 5% más que el año anterior. De ellas,
las más populares siguen siendo el aumento de mamas, la rinoplastia, la
liposucción y el estiramiento facial. No obstante, uno de los
procedimientos que ha mostrado un crecimiento más significativo es el
levantamiento de glúteos: en 2011 se practicaron 38% más que en 2010.
El doctor Ghavami asegura que la mayoría de los cerca de 700 traseros
que ha levantado, pasaron por sus manos en los últimos dos o tres años.
Por
otro lado, el postoperatorio no es pan comido. "¡No quiero recordar
esa parte!", dijo la paciente, que no pudo sentarse durante tres
semanas, excepto para ir al baño, y tuvo que dormir de lado por un mes.
"Cuando volví a mi oficina ya me podía sentar, pero también trabajé
mucho arrodillada", contó la renovada mujer.