sábado, diciembre 08, 2012

Declaran el estado de calamidad nacional en Filipinas por los efectos del tifón bopha

Dos días después del paso del Tifón los filipinos siguen encontrando cadáveres entre los troncos. La catástrofe ya se ha cobrado unas 500 vidas. Filipinas sigue recuperándose. Dos diás después siguen apareciendo cadáveres entre las ruinas y los troncos caídos. Entorno a 500 personas perdieron la vida 5,4 millones resultaron heridas y 26 provincias quedaron afectadas, entre el martes y el jueves, cuando el tifón bopha cruzó el arquipiélago.

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró hoy el estado de calamidad nacional, como consecuencia de los daños causados. Fuentes de la Presidencia indicaron que la proclamación permitirá agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas más castigadas, entre otras cosas.

Un grupo de filipinos buscan a sus familiares entre los troncos caídos

Las regiones de Mindanao (sur) y Visayas (centro) son las más castigadas por el azote del tifón, que entró en el país con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y copiosas precipitaciones.

El estado de calamidad se aplicó los primeros días en las provincias del Valle de Compostela, Davao Oriental y Surigao del Sur, en Mindanao, de donde son la casi totalidad de las víctimas mortales.

Los últimos datos del Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres incluyen 212.323 personas acogidas a 297 centros de evacuados y necesitan agua potable, alimentos, ropa y medicinas.

Aún siguen sin luz 35 municipios y continúan intransitables 16 carreteras y 18 puentes. «Pablo», el nombre local que le dieron los filipinos al huracán, destruyó 21.465 casas y causó destrozos en otras 16.711.

Los daños provisionales a la agricultura y las infraestructuras superan los cien millones de dólares. Las prioridades de las autoridades son atender a las personas desplazadas, localizar a los desaparecidos y restablecer las comunicaciones y los servicios.

«Bopha» ha resultado ser el peor tifón que ha visitado el país este año y cierra una temporada que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.

El año pasado ocurrió algo parecido con «Washi», que visitó inesperadamente Filipinas la semana anterior a Navidad y mató a unas 1.200 personas.

La deforestación, la proliferación de las minas ilegales, la falta de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de los tifones y las inundaciones que afectan durante la época del monzón a Filipinas.