Las millonarias cantidades manejadas por la mafia china de
Gao Ping les permitían diversificar sus inversiones por sectores y
países, como evidencia el sumario de la operación Emperador. Una de sus
apuestas empresariales fue la compra de deuda de países especialmente
golpeados por la crisis, como el caso de Grecia. Una llamada intervenida
el 15 de septiembre del año pasado de Yong Jun Yang, alias Weijun,
miembro de la cúpula de la organización, revela al menos la clara
intención de apostar por esta operación.
Weijun, cuñado de Gao Ping, pregunta a su
interlocutor si ha recibido hoy los «40», (supuestamente 40.000 euros).
La respuesta es negativa y a continuación hablan sobre la noticia de la compra de bonos griegos.
El segundo cuenta que va a llamar al banco para consultarlo, y si los
hay, le va a avisar. Weijun le apremia porque es urgente y le explica
que si lo hay «va a entregar más para mandarlos más». La Policía
interpretó con esta escucha la adquisición de bonos de deuda pública por
parte de la red.
Gao Ping a su llegada a la Audiencia Nacional en Espa;a |
«No hay problema»
Weijun pone al descubierto en varias
conversaciones como la organización se sirve de españoles o extranjeros
afincados en nuestro país que tienen su capital en paraísos fiscales en
los que la fiscalidad es inferior a la española, tales como Mónaco,
Panamá y Paraguay. Cuando éstos necesitan liquidez los chinos les
entregan dinero en España y a cambio los perceptores envían desde los
paraísos fiscales a China.
«Todo se puede comprar con dinero.
No hay problema con los albaranes. Hay muchos europeos mayores que no
se atreven a guardar su dinero en sus propios países, y los guardan en
esos países. Cuando sus descendientes necesitan dinero, yo puedo hacer
el cambio en España y esas personas mandan el dinero a China». Con esta
intervención en el teléfono del referido Weijun, hermano de la mujer de
Gao Ping, en la que habla con un empleado de un banco chino, los
investigadores constataron de forma clara otra de las vías de fraude
fiscal.
El mismo esquema de españoles blanqueando dinero se
repite en la llamada trama hebrea o israelí, en la que tiene un papel
fundamental Malka Maman Levy, alias Sobrina. Ella es la persona que pone
en contacto a españoles con dinero en paraísos fiscales que luego
acaban en China con la parte de la red asentada aquí (el grupo de Gao
Ping). Estos a su vez utilizan como intermediario a Rafael Pallardo,
vinculado con el actor porno Nacho Vidal a través de la hermana del
actor. Tanto Pallardo como Maman Levy negocian con otros interesados en
lavar dinero y mueven ingentes cantidades. En una de las primeras
intervenciones se constata un envío de medio millón de euros, dividido
en dos paquetes de billetes de 50.
Señora del Conde Orgaz
Unos y otros mantienen una actitud precavida al
teléfono y no dan nombres de «clientes» blanqueadores, pero sí se
jactan de su relevante posición y así desfilan por las líneas
telefónicas empresarios, señoras residentes en el exclusivo barrio madrileño del Conde Orgaz, e incluso algún antiguo banquero. La israelí cuenta con una española María Rosario
que le proporciona buenos contactos. Estos defraudadores reciben
grandes cantidades en efectivo en España, en billetes pequeños, sin
necesidad de desplazarse a los paraísos fiscales donde guardan su
dinero, y a su vez transfieren el equivalente que se les ha entregado a
cuentas de China, India o Israel.
En una de las conversaciones Charo informa a Malka que
tiene un problema con el banco, por eso lo mejor es que «pongan» el
dinero en Suiza. «El cliente es muy relevante y el banco no quiere que
aleje su patrimonio y prefieren otro banco aquí». Las mujeres hablan de
otra dirección en Ginebra, pero Malka aclara que esa dirección ya no
existe.
En noviembre del año pasado se refieren a otra cliente que quiere mover 400.000 euros de una vez.
Charo comenta que ha hablado con un amigo banquero y que pretende que
le traigan más clientes y le explica que el marido de la defraudadora
«casualmente antes era banquero de esas mismas casas (Bancos) y ahora se
ha pasado al otro lado».
La impunidad con la que actuaban queda patente
en otra escucha en la que ambas mujeres narran como una de las clientes,
que vive en Conde Orgaz, y con la que han cambiado las bolsas de dinero
de coche a coche, ha quedado contentísima, tanto que ni siquiera ha
contado el dinero porque los billetes eran pequeños. En el sumario
aparecen nombres de algunos autónomos y empresarios sin ningún reparo a
este tipo de operaciones. Otros nombres, relevantes, han sido
investigados.
Los policías no daban crédito durante la
investigación a las cifras que oían a través de los teléfonos. Las
cantidades que se manejan son insólitas y la mayoría acaban en China,
pero también en otros países como Suiza o Lienchestein. El núcleo duro
de la organización se refiere, en alguna charla, a envíos de hasta cuatro millones de dólares en un periodo de solo dos días.