martes, octubre 02, 2012

El té verde ayuda a rejuvenecer la piel

El té constituye, detrás del agua, la segunda bebida más consumida en el mundo. Sus propiedades estimulantes y curativas hacen de esta rica infusión la predilecta de muchos.

A pesar de que el té se lleva bebiendo desde hace miles de años, las investigaciones científicas para evidenciar y cuantificar los potenciales beneficios para la salud de esta antigua bebida, no tuvieron lugar sino en la actualidad.

De estos estudios se ha comprobado que el té verde contiene altos niveles de polifenoles, sustancias que poseen propiedades anticancerígenas y antibióticas, las cuales ayudan a prevenir enfermedades cardiacas y combaten determinados tipos de cáncer.

Este milenario té es considerado, en todo el mundo, un elixir de juventud. Sus poderosos polifenoles, altamente antioxidantes, son capaces de neutralizar los radicales libres, partículas principalmente responsables del proceso de envejecimiento de la piel. Sus otros compuestos como los aminoácidos y catequinas, mantienen a las células de la piel protegidas del proceso de oxidación y favorecen una profunda hidratación, como resultado del incremento en la captación de moléculas de agua. La piel quedará tonificada y fortalecida, gracias a la acción estimulante de colágeno y elastina que realiza el extracto de té verde.

Además de sus excelentes propiedades, los usos del té verde no se limitan a su preparación como infusión. Gracias a su capacidad de regenerar colágeno y de retrasar el envejecimiento, el té verde forma parte esencial de muchos tratamientos de belleza, sobretodo los que buscan rejuvenecer la piel del rostro. En estos casos, el té es utilizado en forma de mascaras o mascarillas, las cuales, acompañadas de tratamientos de vitamina C y oxigenación, revitalizan, reparan, hidratan y nutren profundamente la piel.

Hoy en día, este tratamiento incluye en su realización una microdermoabrasión, que prepara a la piel para el proceso de hidratación que vendría a continuación. La dermis es hidratada a través de una digitopuntura manual, en la cual es aplicada un suero a base de vitamina C que garantizar una mayor absorción del producto. A esto le sigue la colocación de un velo de colágeno con té verde y vitamina C, para luego finalizar con una oxigenación.