martes, octubre 02, 2012

Vaca modificada genéticamente produce leche antialérgica

Un grupo de científicos pudo disminuir la presencia de la proteína beta-lactoglobulina, causante de las alergias, hasta en un 96%.

Un grupo de investigadores de Nueva Zelanda ha logrado un nuevo avance en la producción de alimentos, una leche antialérgica. Para alcanzar esto, los científicos modificaron genéticamente diferentes vacas para que produjeran en menor cantidad una proteína específica.

El estudio, desarrollado por miembros de la compañía estatal AgResearch, logró con esta intervención una reducción del 96 por ciento de la proteína beta-lactoglobulina (BLG), un componente conocido por causar reacciones alérgicas.

Todo esto fue posible a través de un proceso llamado interferencia de RNA que reduce la actividad de determinados genes sin eliminarlos completamente, y que podría ser utilizada ahora para controlar otras particularidades en el ganado.

Esta investigación tiene especial utilidad para los bebés que muchas veces tienen como fuente creciente de proteínas la leche de vaca. "En países desarrollados, el 2 ó 3 por ciento de los bebés son alérgicos a las proteínas de la leche de vaca en su primer año de vida", dijeron al respecto los investigadores del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Si bien también existen procesos dentro de la industria lechera que pueden reducir el potencial alergénico de la leche normal, no son convenientes ya que tienen algo costo y otorgan un sabor amargo a la leche.

Otra técnica de manipulación de genes utiliza un proceso de recombinación homóloga que teóricamente podría noquear, más que suprimir, el gen que produce BLG pero los investigadores dijeron que, hasta el momento, no ha funcionado.

Bruce Whitelaw, profesor de biotecnología animal en la Universidad de Edimburgo, señaló que la investigación neozelandesa "ofrece un buen ejemplo de cómo esas tecnologías pueden ser utilizadas para aportar estrategias alternativas a los procesos de fabricación actuales". Whitelaw dijo que aunque se ha demostrado que la interferencia RNA funciona en plantas y gusanos manipulados, "aún no ha funcionado en ganado".

El profesor dijo a Reuters que además de acentuar o reducir las características genéticamente determinadas en animales de granja, tales como la tasa de crecimiento, la técnica podría ser utilizada para mejorar la defensa contra infecciones.