Hasta 160 toneladas de agua radiactiva se han escapado de los tanques de almacenamiento en la central nuclear de Fukushima, contaminando el suelo circundante, según informó TEPCO, la compañía operadora de la planta.
La fuga ha sido detectada en tres cisternas de agua —almacenada para enfriar los reactores de la central— de las siete que hay en la planta Fukushima-1. En total se han derramado más de 160 toneladas de líquido con sustancias radiactivas. De acuerdo con la empresa operadora, el agua no ha llegado hasta el océano.
Al principio, la fuga se produjo en el primer tanque tras un error en la transferencia de agua desde otro depósito, un daño del que TEPCO informó este fin de semana. El vertido se ha logrado detener. Los especialistas sugieren que el depósito, que ahora está al 55% de su capacidad, está dañado en la parte superior.
El 11 de marzo de 2011 un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter sacudió el noreste de Japón y como consecuencia se produjo un gigante tsunami. La catástrofe provocó una crisis en la central nuclear de Fukushima, dejó más de 18.000 muertos y desaparecidos y causó graves daños materiales pues alrededor de 380.000 edificios quedaron destruidos.
Cerca de 3.500 empleados trabajan en la actualidad en la planta para retirar los residuos radiactivos y desmantelar las unidades dañadas, un proceso que puede llevar hasta cuatro décadas.
Al principio, la fuga se produjo en el primer tanque tras un error en la transferencia de agua desde otro depósito, un daño del que TEPCO informó este fin de semana. El vertido se ha logrado detener. Los especialistas sugieren que el depósito, que ahora está al 55% de su capacidad, está dañado en la parte superior.
El 11 de marzo de 2011 un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter sacudió el noreste de Japón y como consecuencia se produjo un gigante tsunami. La catástrofe provocó una crisis en la central nuclear de Fukushima, dejó más de 18.000 muertos y desaparecidos y causó graves daños materiales pues alrededor de 380.000 edificios quedaron destruidos.
Cerca de 3.500 empleados trabajan en la actualidad en la planta para retirar los residuos radiactivos y desmantelar las unidades dañadas, un proceso que puede llevar hasta cuatro décadas.