El cerebro humano es capaz de recordar tanto los sucesos reales como
los imaginarios. Ambos tipos de memoria tienen sus propias
características, es decir, se recuerdan de diferentes modos.
Los investigadores de la Universidad de Lieja, en Bélgica, preguntaron a los pacientes que sobrevivieron al ECM acerca de sus experiencias reales en la vida, la experiencia de la cercanía de la muerte. Luego los testimonios de este grupo de personas se compararon con respuestas de otro grupo de personas que nunca experimentó el ECM. El equipo de la científica Marie Thonnard llegó a la conclusión de que el cerebro no solo recuerda la experiencia cercana a la muerte como si fuera real, sino que la recuerda mejor, con más detalles.
Cuando uno está a punto de morir o pasa por una muerte clínica, la fisiología y la bioquímica del cuerpo humano empiezan a deteriorarse, y lo mismo sucede con el cerebro, dicen los médicos. En estos momentos críticos no se puede esperar un funcionamiento normal del cerebro pero la estructura de la memoria dice que en estos momentos el cerebro trabaja con más claridad que cuando la persona se encontraba en buen estado de salud y su vida no corría peligro.
En un artículo publicado en la edición digital de la revista PLoS ONE, los autores ofrecen la siguiente explicación. La sensación de la separación del cuerpo físico (muchas veces contado por personas que pasaron la ECM) se produce a causa del mal funcionamiento temporo-parietal lóbulo. Es decir, la disfunción neuronal causa la sensación de separación del cuerpo, pero es solo la sensación y es en estos momentos cuando el cerebro empieza a funcionar de otra forma, empieza a recordar detalladamente las fuertes experiencias nuevas nunca experimentadas anteriormente, en conclusión: no es más que la imaginación.
Cabe destacar que tal explicación se basa en el hecho de que existe cierta diferencia entre el cerebro orgánico y la imaginación. Los científicos aseguran que los secretos relacionados con la experiencia cercana a la muerte se esconden en el cerebro, por lo que no dejan de investigar este órgano.
Los investigadores de la Universidad de Lieja, en Bélgica, preguntaron a los pacientes que sobrevivieron al ECM acerca de sus experiencias reales en la vida, la experiencia de la cercanía de la muerte. Luego los testimonios de este grupo de personas se compararon con respuestas de otro grupo de personas que nunca experimentó el ECM. El equipo de la científica Marie Thonnard llegó a la conclusión de que el cerebro no solo recuerda la experiencia cercana a la muerte como si fuera real, sino que la recuerda mejor, con más detalles.
Cuando uno está a punto de morir o pasa por una muerte clínica, la fisiología y la bioquímica del cuerpo humano empiezan a deteriorarse, y lo mismo sucede con el cerebro, dicen los médicos. En estos momentos críticos no se puede esperar un funcionamiento normal del cerebro pero la estructura de la memoria dice que en estos momentos el cerebro trabaja con más claridad que cuando la persona se encontraba en buen estado de salud y su vida no corría peligro.
En un artículo publicado en la edición digital de la revista PLoS ONE, los autores ofrecen la siguiente explicación. La sensación de la separación del cuerpo físico (muchas veces contado por personas que pasaron la ECM) se produce a causa del mal funcionamiento temporo-parietal lóbulo. Es decir, la disfunción neuronal causa la sensación de separación del cuerpo, pero es solo la sensación y es en estos momentos cuando el cerebro empieza a funcionar de otra forma, empieza a recordar detalladamente las fuertes experiencias nuevas nunca experimentadas anteriormente, en conclusión: no es más que la imaginación.
Cabe destacar que tal explicación se basa en el hecho de que existe cierta diferencia entre el cerebro orgánico y la imaginación. Los científicos aseguran que los secretos relacionados con la experiencia cercana a la muerte se esconden en el cerebro, por lo que no dejan de investigar este órgano.