Geólogos de la Universidad de Texas han descubierto que el desplazamiento de los polos geográficos tiene su causa en el deshielo de los glaciares de Groenlandia. Su estudio lo publica la revista 'Geophysical Research Letters'.
Los investigadores estadounidenses han llegado a esta conclusión después de analizar los cambios en la gravedad de la Tierra detectados por los satélites Grace. Los datos obtenidos por los satélites se compararon con los de los GPS, que permiten establecer la situación de los polos con una precisión de 0,03 milisegundos.
Los científicos han detectado un cambio sistemático en la deriva de los polos. Así, mientras que durante el año 1982 se registró un ligero desplazamiento del Polo Norte hacia Canadá de unos 2 milisegundos (6 centímetros), a partir de 2005 el polo empezó a desplazarse hacia la dirección opuesta, hacia Groenlandia, a un ritmo tres veces superior al habitual.
La pérdida de masa de una parte de la esfera terrestre provoca el desplazamiento del eje de rotación hacia la dirección de la pérdida, por lo que un cambio de orientación permite determinar el lugar que ha perdido masa.
Aplicando este principio a los datos obtenidos por el Grace, los autores de la investigación establecieron que el principal causante del desplazamiento sistemático de los polos es el deshielo de los glaciares de Groenlandia.
Los geólogos estudian desde hace años el fenómeno de la deriva de los polos y han logrado distinguir entre los ciclos temporales de variaciones provocados por movimientos atmosféricos y desplazamientos a largo plazo causados por el movimiento de las placas tectónicas.
Con todo, los datos sobre el deshielo de los glaciares que se obtienen por diferentes métodos de observación, como los satélites o las observaciones de campo, se contradicen con bastante frecuencia, lo que provoca polémicas entre investigadores defensores de distintas teorías.
Los científicos han detectado un cambio sistemático en la deriva de los polos. Así, mientras que durante el año 1982 se registró un ligero desplazamiento del Polo Norte hacia Canadá de unos 2 milisegundos (6 centímetros), a partir de 2005 el polo empezó a desplazarse hacia la dirección opuesta, hacia Groenlandia, a un ritmo tres veces superior al habitual.
La pérdida de masa de una parte de la esfera terrestre provoca el desplazamiento del eje de rotación hacia la dirección de la pérdida, por lo que un cambio de orientación permite determinar el lugar que ha perdido masa.
Aplicando este principio a los datos obtenidos por el Grace, los autores de la investigación establecieron que el principal causante del desplazamiento sistemático de los polos es el deshielo de los glaciares de Groenlandia.
Los geólogos estudian desde hace años el fenómeno de la deriva de los polos y han logrado distinguir entre los ciclos temporales de variaciones provocados por movimientos atmosféricos y desplazamientos a largo plazo causados por el movimiento de las placas tectónicas.
Con todo, los datos sobre el deshielo de los glaciares que se obtienen por diferentes métodos de observación, como los satélites o las observaciones de campo, se contradicen con bastante frecuencia, lo que provoca polémicas entre investigadores defensores de distintas teorías.
Un detector de ondas gravitacionales promete completar la teoría de Einstein
Investigadores estadounidenses afirman que un dispositivo que ellos mismos han creado permitiría detectar ondas gravitacionales del universo y completar la teoría de Einstein.
Según los científicos Andrew Geraci, de la Universidad de Nevada, y Asimina Arvanitaki, de la Universidad de Stanford, se trata de un dispositivo capaz de detectar las ondas gravitatorias más esquivas del universo.
"Las ondas gravitacionales son una de las piezas que faltan de la teoría de la relatividad general de Einstein", explicó Geraci en un artículo publicado en la revista 'Physical Review Letters'.
El dispositivo que proponen es un pequeño sensor refrigerado mediante un láser que 'flota' en una cavidad óptica, por lo que no se ve afectado por la fricción.
Además de ser significativamente más pequeño que otros aparatos de este tipo, puede observar señales que se les escapan a otros detectores porque es más sensible a las fuentes en una banda de frecuencia más alta.
En 1993 dos científicos recibieron el Premio Nobel de Física por la confirmación indirecta de la existencia de ondas gravitacionales. Sin embargo, las ondas de gravedad jamás se han observado directamente, por lo que la creación de un detector de ondas gravitacionales permitiría por fin ver el universo de manera distinta. Según Geraci y Arvanitaki, un invento así es comparable a la creación de un telescopio que permite ver el cosmos empleando la luz.
De momento, los investigadores están tratando de conseguir financiamiento para comenzar la construcción de un pequeño prototipo el próximo año.
"Tener estos detectores nos permitirá aprender más acerca de los objetos astrofísicos de nuestro universo, como los agujeros negros", destacó la publicación.
"Las ondas gravitacionales son una de las piezas que faltan de la teoría de la relatividad general de Einstein", explicó Geraci en un artículo publicado en la revista 'Physical Review Letters'.
El dispositivo que proponen es un pequeño sensor refrigerado mediante un láser que 'flota' en una cavidad óptica, por lo que no se ve afectado por la fricción.
Además de ser significativamente más pequeño que otros aparatos de este tipo, puede observar señales que se les escapan a otros detectores porque es más sensible a las fuentes en una banda de frecuencia más alta.
En 1993 dos científicos recibieron el Premio Nobel de Física por la confirmación indirecta de la existencia de ondas gravitacionales. Sin embargo, las ondas de gravedad jamás se han observado directamente, por lo que la creación de un detector de ondas gravitacionales permitiría por fin ver el universo de manera distinta. Según Geraci y Arvanitaki, un invento así es comparable a la creación de un telescopio que permite ver el cosmos empleando la luz.
De momento, los investigadores están tratando de conseguir financiamiento para comenzar la construcción de un pequeño prototipo el próximo año.
"Tener estos detectores nos permitirá aprender más acerca de los objetos astrofísicos de nuestro universo, como los agujeros negros", destacó la publicación.