Científicos estadounidenses dicen que es posible rejuvenecer el corazón gracias a la proteína GDF11. Estudios realizados en ratones lo demuestran, aseguran.
El equipo de investigadores, encabezado por Richard Lee y Amy Wager, llevó a cabo una serie de experimentos usando un modelo en el que agruparon quirúrgicamente el sistema circulatorio cardíaco de dos ratones.
En un sistema unificado de flujo de sangre se intercambian las células sanguíneas y los factores humorales. Se suponía que de esta manera es posible registrar una 'respuesta' fisiológica de un animal a los componentes de la sangre de otro animal.
Se encontró que tras cuatro semanas de tal unificación del sistema circulatorio cardíaco de los dos ratones, uno de más edad y otro más joven, en el raton más viejo se redujo significativamente el espesor del músculo del corazón, así como el tamaño de las células (cardiomiocitos).
Los investigadores de la Universidad de Harvard identificaron la proteína GDF11, que proviene de la sangre de los ratones jóvenes. Se trata de una familia de proteínas que regulan el crecimiento y la diferenciación celular. Asimismo, se descubrió que la GDF11 es capaz de influir en los cardiomiocitos de ratones viejos y volverlos a su forma normal.
Los científicos se muestran seguros de que el método probado en las células musculares del corazón de las ratas podrán aplicarse con éxito al corazón humano, por lo que dicen que los próximos estudios se harán en hombres.
En un sistema unificado de flujo de sangre se intercambian las células sanguíneas y los factores humorales. Se suponía que de esta manera es posible registrar una 'respuesta' fisiológica de un animal a los componentes de la sangre de otro animal.
Se encontró que tras cuatro semanas de tal unificación del sistema circulatorio cardíaco de los dos ratones, uno de más edad y otro más joven, en el raton más viejo se redujo significativamente el espesor del músculo del corazón, así como el tamaño de las células (cardiomiocitos).
Los investigadores de la Universidad de Harvard identificaron la proteína GDF11, que proviene de la sangre de los ratones jóvenes. Se trata de una familia de proteínas que regulan el crecimiento y la diferenciación celular. Asimismo, se descubrió que la GDF11 es capaz de influir en los cardiomiocitos de ratones viejos y volverlos a su forma normal.
Los científicos se muestran seguros de que el método probado en las células musculares del corazón de las ratas podrán aplicarse con éxito al corazón humano, por lo que dicen que los próximos estudios se harán en hombres.