Los expertos de la Facultad de Agronomía de Zagreb se dieron cuenta de que las abejas pueden servir para hallar campos minados tras entender que estos insectos identifican el olor de explosivos como fuentes de alimento.
"En la naturaleza, las abejas asocian el perfume de las flores con la comida. Nosotros alimentamos a las abejas en espacios en que hay olor de explosivos, para que, cuando las soltamos, busquen ese mismo olor en terrenos minados", explica Nikola Kezic, jefe del proyecto.
Las abejas pueden sentir el olor del explosivo a tres kilómetros, por lo que el sistema de las abejas artificieras es ideal para limpiar terrenos de entre 100 y 500 metros de longitud.
Los insectos candidatos pueden pertenecer a cualquier especie melífera, además, en momentos que "no trabajan” pueden volver a sus cualidades naturales, es decir “hacer miel”, es que el entrenamiento no las altera.
Este sistema no va a reemplazar a los métodos de detección de minas que ya existen, sino que los complementa, ha destacado Kezic.
"Nuestro método sirve, sobre todo, para controlar la calidad del trabajo de desmantelamiento de minas ya realizado", ha explicado.