En el conflicto sirio la inteligencia de Arabia Saudita jugó un papel destacable para socavar el apoyo que hoy en día tiene Damasco. El último ataque con armas químicas podría ser una obra planificada por Riad para forzar una intervención en Siria.
Según informa Dale Gavlak, corresponsal de la agencia Associated Press que entrevistó a muchos residentes de la zona de Guta, las armas químicas estaban en manos de los rebeldes y fueron suministradas por Arabia Saudita.
Para países como Catar y Arabia Saudita la primavera árabe ofreció una oportunidad histórica de cambiar la disposición de fuerzas en la región y convertirse en los líderes del mundo árabe. En este contexto, los gobiernos que se atrevieron a realizar una política regional e internacional relativamente independiente, como Libia, Siria o Irán estorbaban a este proceso y debían ser “adiestrados”. A los intereses políticos se suman las cuestiones meramente económicas, relacionadas con el desarrollo de gasoductos y oleoductos de Catar y Arabia Saudita en el territorio sirio y la imposibilidad de realizar estos proyectos bajo el gobierno actual de Damasco.
La capacidad militar del Ejército sirio les obliga a elegir medios "poco convencionales" para lograr sus intereses, como el apoyo financiero y militar de los grupos armados opositores al gobierno legítimo.
La información publicada por 'Mint Press News' indica que uno de los “autores” intelectuales del ataque químico ha sido el príncipe Bandar bin Sultán, uno de los más influyentes representantes de la Casa de Saud y el Secretario General del Consejo de Seguridad Nacional de Arabia Saudita.
Como indica el periódico español 'Público', más de una decena de rebeldes comunicaron que reciben sus salarios regularmente de Arabia Saudita y los islamistas conocen a Bandar familiarmente mediante el cariñoso apodo de 'Al Habib', que significa 'el amado'.
'Bandar bin Bush' y Siria
Durante 22 años, entre 1983 y 2005, Bandar bin Sultán ejerció como embajador de Arabia Saudita en EE.UU., y desde esta época mantiene muy fuertes relaciones con la clase política estadounidense, en primer lugar con la familia Bush, por lo que en algunos de los medios se le conoce como 'Bandar bin Bush'.
Como indica el diario 'Democracy Now', durante su carrera diplomática Bandar bin Sultán estuvo vinculado con el suministro de armamento a los muyahidines que luchaban contra las tropas soviéticas en Afganistán, los grupos de contras en Nicaragua y los terroristas chechenos.
Según Bob Woodward, el periodista del 'The Washington Post', en enero del 2002 el secretario de Defensa de EE.UU. Donald Rumsfeld, el vicepresidente de George W. Bush, Dick Cheney y el Jefe del Estado Mayor Conjunto, general Richard Myers, se reunieron en la oficina de Cheney con el príncipe Bandar para discutir los planes del ataque a Irak.
Según Bob Woodward, el periodista del 'The Washington Post', en enero del 2002 el secretario de Defensa de EE.UU. Donald Rumsfeld, el vicepresidente de George W. Bush, Dick Cheney y el Jefe del Estado Mayor Conjunto, general Richard Myers, se reunieron en la oficina de Cheney con el príncipe Bandar para discutir los planes del ataque a Irak.
¿Cuál es el interés saudita en Siria?
Para países como Catar y Arabia Saudita la primavera árabe ofreció una oportunidad histórica de cambiar la disposición de fuerzas en la región y convertirse en los líderes del mundo árabe. En este contexto, los gobiernos que se atrevieron a realizar una política regional e internacional relativamente independiente, como Libia, Siria o Irán estorbaban a este proceso y debían ser “adiestrados”. A los intereses políticos se suman las cuestiones meramente económicas, relacionadas con el desarrollo de gasoductos y oleoductos de Catar y Arabia Saudita en el territorio sirio y la imposibilidad de realizar estos proyectos bajo el gobierno actual de Damasco.
El ataque a Siria está determinado también por sus relaciones con Irán. “La guerra entre Israel e Irán aún puede ser evitada, no tienen nada que discutir. Pero con Arabia Saudita la guerra es inevitable para aclarar ¿quién juega el papel principal en el golfo Pérsico? ¿Quién juega el papel principal en el mundo islámico? La antigua guerra entre chiítas y sunitas, que dura más de 1.300 años, se agravó extremadamente. La cabeza de playa para esta guerra son Yemen, Líbano, Baréin, la provincia oriental de Arabia Saudita, Irak y, por último, Siria”, explica E. Satanovsky, presidente del Instituto de Oriente Próximo de la Academia de las Ciencias de Rusia.
La capacidad militar del Ejército sirio les obliga a elegir medios "poco convencionales" para lograr sus intereses, como el apoyo financiero y militar de los grupos armados opositores al gobierno legítimo.
Los intereses de Arabia Saudita en el conflicto sirio están sincronizados con los de EE.UU. y Catar en la región, y para estos países la eliminación de Bashar al Assad es una cuestión indiscutible. El cambio de líder en Siria va a significar la caída del último gobierno secular que quedó en Oriente Medio después de la primavera árabe, y la automática expansión de la influencia saudita a este país, como ya había pasado con Omán. Según la lógica de Bandar bin Sultán, Riad espera controlar completamente al próximo gobierno de Damasco, "ya que con dinero se compra todo".