Un solitario tanto de Mario Götze en el tiempo extra le dio el título mundial a Alemania, el cuarto de su historia. La albiceleste pagó caro las claras ocasiones de gol que no pudo concretar, mientras que los germanos supieron marcar en una de las últimas jugadas.
Alegría para los de Joachim Löw, que hicieron una sólida actuación durante todo el torneo, y llanto de los argentinos, que fueron de menos a más y rozaron la gloria.
