Un equipo de investigadores informáticos estudia en EE.UU. la posibilidad de sustituir las contraseñas con un sistema de autentificación de ondas cerebrales, es decir, con la fuerza del pensamiento.
El equipo del profesor John Chuang, de la Universidad de California en Berkeley, ha tratado de averiguar si los electroencefalogramas (EEG) o mediciones de ondas cerebrales podrían ser utilizados como medio de autenticación biométrica en un ordenador. Muchos de los sistemas biométricos ya han sido desarrollados, como el escáner de retina, el reconocimiento de voz o el escaneado de huellas digitales, pero esta tecnología todavía no está muy extendida debido a su lentitud y alto costo.
El equipo de investigación utilizó en sus experimentos el gadget Neurosky Mindset, que se comunica de forma inalámbrica a través de Bluetooth para detectar el estado físico y emocional, haciendo uso de la electroencefalografía para captar impulsos eléctricos cerebrales que se generan con el pensamiento.
Tras realizar una serie de experimentos, los científicos concluyeron que es muy posible que un usuario pueda pasar la autenticación tras concentrarse con su propia respiración, creando un único patrón del electroencefalograma. Sin embargo, uno de los retos que señalan los investigadores es que se requiere una iniciación de 45 minutos para calibrar la autentificación, lo que, de momento, no es una alternativa viable para sustituir a una contraseña tradicional.
Por otro lado, los investigadores reconocen que la distribución masiva de este tipo de tecnologías plantea dudas relacionadas con la seguridad informática, ya que, según experimentos previos, es posible extraer datos de información —como códigos PIN de las tarjetas bancarias— con la ayuda de electroencefalogramas. Por lo tanto, si los pensamientos fuesen interceptados por hackers, las consecuencias podrían ser graves.
El equipo de investigación utilizó en sus experimentos el gadget Neurosky Mindset, que se comunica de forma inalámbrica a través de Bluetooth para detectar el estado físico y emocional, haciendo uso de la electroencefalografía para captar impulsos eléctricos cerebrales que se generan con el pensamiento.
Tras realizar una serie de experimentos, los científicos concluyeron que es muy posible que un usuario pueda pasar la autenticación tras concentrarse con su propia respiración, creando un único patrón del electroencefalograma. Sin embargo, uno de los retos que señalan los investigadores es que se requiere una iniciación de 45 minutos para calibrar la autentificación, lo que, de momento, no es una alternativa viable para sustituir a una contraseña tradicional.
Por otro lado, los investigadores reconocen que la distribución masiva de este tipo de tecnologías plantea dudas relacionadas con la seguridad informática, ya que, según experimentos previos, es posible extraer datos de información —como códigos PIN de las tarjetas bancarias— con la ayuda de electroencefalogramas. Por lo tanto, si los pensamientos fuesen interceptados por hackers, las consecuencias podrían ser graves.