En Jerusalén han descubierto una enorme cantera del siglo I donde presuntamente obtuvieron la roca para elevar el Segundo Templo, según comunican arqueólogos israelíes. En el lugar había también numerosos instrumentos, entre picos y cuñas.
El hallazgo fue hecho cuando empezaron a excavar el suelo con el fin de preparar el terreno para construir una autopista. El área de la antigua cantera ocupa unos 3,3 kilómetros cuadrados y actualmente muestra columnas de base rocosa y escaleras, así como los cráteres que quedaron tras extraerse la piedra.
Según calculan los arqueólogos, las rocas que se obtenían en la cantera eran enormes, algunas de más de 2 metros de altura y pesaban decenas si no centenares de toneladas. Se usaban para construir los edificios antiguos de la ciudad, lo más probable es que también se incluya el Segundo Templo (del 538 a. C. al 70 A. D.).
Hace tiempo en la misma zona -apodada como 'barrio de canteras' por el número de sitios antiguos de explotación minera de la roca-, descubrieron la existencia de un camino, también del siglo I, que según los especialistas podría haber sido usado para el transporte de las piedras. Sin embargo, los arqueólogos siguen dudando de cómo podían exactamente trasladar las rocas gigantes. Una de las versiones apela a rodillos de madera y bueyes. Otra teoría supone la existencia de dispositivos gigantes de levantamiento, también de madera.
Según calculan los arqueólogos, las rocas que se obtenían en la cantera eran enormes, algunas de más de 2 metros de altura y pesaban decenas si no centenares de toneladas. Se usaban para construir los edificios antiguos de la ciudad, lo más probable es que también se incluya el Segundo Templo (del 538 a. C. al 70 A. D.).
Hace tiempo en la misma zona -apodada como 'barrio de canteras' por el número de sitios antiguos de explotación minera de la roca-, descubrieron la existencia de un camino, también del siglo I, que según los especialistas podría haber sido usado para el transporte de las piedras. Sin embargo, los arqueólogos siguen dudando de cómo podían exactamente trasladar las rocas gigantes. Una de las versiones apela a rodillos de madera y bueyes. Otra teoría supone la existencia de dispositivos gigantes de levantamiento, también de madera.