1. ¿Qué es Bitcoin?
Bitcoin es una divisa electrónica concebida únicamente para ser utilizada en internet y que vio la luz de la mano de Satoshi Nakamoto
(pseudónimo de la persona o grupo de personas que la crearon). No debe
confundirse con un medio de pago, como pudiera ser PayPal, que es una
empresa que permite la transferencia de dinero, sino que se trata de una
divisa propiamente dicha, que además no está sujeta a política monetaria alguna. Su valor viene determinado exclusivamente por la oferta y la demanda, pues no opera bajo supervisión de ningún banco central ni tampoco tiene comisiones.
Entre sus características, es necesario destacar que Bitcoin no pertenece a ningún Estado,
por lo que puede usarse en cualquier territorio. Además, a la hora de
realizar las transacciones económicas no es preciso hacer uso de
intermediarios, ya que los intercambios se hacen directamente de persona a persona mediante un sistema P2P. Asimismo, esta moneda no puede ser intervenida por nadie y tampoco las cuentas pueden ser congeladas.
No en vano, y aunque Bitcoin se
antoje en principio como una solución virtual perfecta, esta moneda ha
suscitado no pocas reticencias, precisamente por el hecho de que no haya
supervisor alguno que controle su emisión. Así, de hecho, lo alerta el
Banco Central Europeo en un informe sobre el peligro de las monedas
virtuales como Bitcoin y que puedes leer aquí:
2. Litecoin
La popularidad de Bitcoin aumenta cada segundo que
pasa, por lo que a la hoy hegemónica moneda virtual le han surgido
algunos «hermanos pequeños» que siguen sus pasos o, al menos, tratan de
configurarse como un complemento a la popular divisa. Uno de ellos es Litecoin,
basada en el mismo protocolo que Bitcoin aunque con la diferencia de
que esta moneda puede ser extraída con hardware para el consumidor.
Además, tal y como aseguran sus creadores, las transacciones con
Litecoin son confirmadas cada 2,5 minutos en lugar de cada 10 -como
ocurre con Bitcoin- aunque ellos mismos reconocen que aunque más
rápidas, estas confirmaciones no son tan seguras como las de la moneda «madre».
Para muchos, Bitcoin y Litecoin son, respectivamente, el oro y la plata
de las monedas virtuales hoy existentes. Otra de las diferencias entre
ambas divisas es que Litecoin no tiene un límite de emisión de 21
millones de divisas como Bitcoin, sino que su barrera se encuentra en
los 84 millones. Además, el algoritmo que utiliza Litecoin en la
creación de monedas es también distinto al de Bitcoin, pues lo que este
busca es acelerar el proceso de ratificación de transacciones.
3. PPCoin
Las «Peer to Peer Coins» o PPCoin son
consideradas por muchos como la tercera opción de cuantas monedas
virtuales existen en la Red. Como Litecoins, las PPCoin se basan también
en el protocolo de Bitcoin aunque, tal y como afirman sus responsables,
su diseño busca que las divisas se entreguen, no a aquellos que tienen más potencia computacional,
sino en base a una suerte de lotería en la que, cuantos más PPCoins
tengamos, más probablidades tendremos para hacernos con nuevas divisas.
¿Qué quiere decir todo esto? La creación de bitcoins se lleva a cabo mediante un proceso conocido como «minado» o «minería»,
consistente en que varios usuarios (llamados mineros) ejecuten un
software con el que compiten entre ellos para resolver un puzle
computacional. Cada vez que un puzle es resuelto, se adjudicarán nuevos
bitcoins al minero en cuestión. Con este sistema, las probabilidades de adquirir bitcoins vienen determinadas por la potencia del equipo, mientras que en PPCoin -según sus desarrolladores- «no se depende del consumo de energía».
4. Ripple
Ripple da nombre al proyecto de código abierto de OpenCoin,
otra alternativa más al «oro» de las divisas electrónicas, Bitcoin.
Según han asegurado sus responsables durante una entrevista para el
canal de televisión Bloomberg, Ripple es «mucho más rápido que Bitcoin», pues la duración de una transacción estaría en torno a los diez segundos. Además, apuntan, el sistema no está centralizado -como en el caso de Bitcoin- por lo que un fallo no podría paralizar su funcionamiento.
Al igual que ocurre con Bitcoin, los usuarios pueden
utilizar Ripple como divisa para realizar pagos instantáneos, aunque
este sistema se encuentra todavía en fase de desarrollo y se desconocen
algunas de sus peculiaridades.
¿Cómo funciona?
El objetivo de Ripple es desarrollar un sistema de crédito centralizado que se apoye en el P2P.
Lo que esto significa es que cada uno de sus nodos funciona como si se
tratase de una entidad de crédito que presta servicio a otros nodos o
usuarios con los que mantiene una relación de confianza.
En los foros, hay quien alaba a Ripple por no tratarse de
una copia más de Bitcoin, como algunos aseguran ocurre con Litecoin. Su
creador explica así a Bloomberg su funcionamiento: «OpenCoin pondrá
100.000 millones de Ripples en circulación, la mitad para los usuarios
que se registren y la otra mitad servirá de fondo de reserva de la
empresa. De la mano de la liberación de los 50.000 millones de Ripples,
OpenCoin pondrá a disposición de los usuarios una serie de
herramientas. Quienes se registren podrán monitorizar los movimientos en
su saldo, hacer o recibir transacciones y cambiar Ripples por dólares o Bitcoin».
5. Drago
El Drago, una divisa virtual que nace para los habitantes de La Palma, es una alternativa local creada por Carlos J. Pérez,
quien considera que su objetivo debe ser «promover un desarrollo
económico más social y sostenible a través de medios alternativos».
El Drago funciona a través de su
propia entidad bancaria, el «Dragobanco», una aplicación online que
permite hacer transacciones de bienes y servicios. No en vano, es
preciso realizar una distinción básica entre el Drago y el resto de
monedas vistas anteriormente, y es que esta requiere del euro para ser adquirida (un drago=0,5 euros).
6. Terracoin
Terracoin forma parte de la larguísima lista de sucedáneos de Bitcoin y, al igual que esta, permite realizar pagos instantáneos a cualquier persona y en cualquier lugar del mundo.
Asimismo, Terracoin se basa también en la tecnología P2P para realizar
movimientos sin una autoridad central que gestione las operaciones.
El límite de divisas se establece en
42 millones y, como Bitcoin, se basa en el proceso de «minería»
computacional para conseguir monedas por parte de los mineros.