Algunos de los terremotos más intensos y mortíferos que han afectado el planeta no fueron desastres completamente naturales, sino que tuvieron su origen en las actividades humanas, según revela un reciente estudio geológico.
Un estudio global realizado por Christian Klose, investigador científico principal de la consultora estadounidense Think GeoHazards, revela que las actividades humanas, como la minería, la construcción de embalses y la extracción de petróleo y gas,
podrían haber causado, por lo menos, 92 grandes terremotos.
La corteza terrestre la recorren una gran cantidad de fallas geológicas que sufren enormes tensiones similares a las de un resorte helicoidal cilíndrico. Cuando, tras obras realizadas por humanos, se acumulan grandes masas de agua o minerales en la superficie o, al revés, se extraen de la Tierra, el cambio en el peso de los terrenos subyacentes puede ser suficiente para liberar esa tensión geológica, causando un terremoto, señala la investigación.
"Los datos muestran específicamente que los cambios de masa provocados por las actividades humanas pueden avanzar el reloj de los ciclos sísmicos naturales e inducir o provocar nuevos terremotos", afirma el geólogo. Así, el seísmo de 7,9 de magnitud ocurrido en 2008 en la provincia china de Sichuan –que mató a unas 80.000 personas– fue provocado por la construcción de la presa de Zipingu, según el investigador.
Además, los medios británicos añaden a esta lista el terremoto en el puerto de Folkstone en 2007, que sacudió el sureste del Reino Unido con un sismo de magnitud 4,3. Según informaron, el temblor fue provocado por millones de toneladas de guijarros apilados para proteger el puerto. Christian Klose indicó que la sacudida del 2011 en la ciudad de Lorca, situada en el sudeste de España, al parecer, fue provocada por el agua que se extraía de los depósitos subterráneos.
Otro temblor de 5,6 de magnitud supuestamente producido por las labores humanas fue el que hizo temblar la ciudad de Newcastle, en Australia, en 1989, y que dejó 13 muertos y cientos de heridos. El geólogo estadounidense vincula esta catástrofe con la cantidad de carbón extraído de las minas cercanas.
La corteza terrestre la recorren una gran cantidad de fallas geológicas que sufren enormes tensiones similares a las de un resorte helicoidal cilíndrico. Cuando, tras obras realizadas por humanos, se acumulan grandes masas de agua o minerales en la superficie o, al revés, se extraen de la Tierra, el cambio en el peso de los terrenos subyacentes puede ser suficiente para liberar esa tensión geológica, causando un terremoto, señala la investigación.
"Los datos muestran específicamente que los cambios de masa provocados por las actividades humanas pueden avanzar el reloj de los ciclos sísmicos naturales e inducir o provocar nuevos terremotos", afirma el geólogo. Así, el seísmo de 7,9 de magnitud ocurrido en 2008 en la provincia china de Sichuan –que mató a unas 80.000 personas– fue provocado por la construcción de la presa de Zipingu, según el investigador.
Además, los medios británicos añaden a esta lista el terremoto en el puerto de Folkstone en 2007, que sacudió el sureste del Reino Unido con un sismo de magnitud 4,3. Según informaron, el temblor fue provocado por millones de toneladas de guijarros apilados para proteger el puerto. Christian Klose indicó que la sacudida del 2011 en la ciudad de Lorca, situada en el sudeste de España, al parecer, fue provocada por el agua que se extraía de los depósitos subterráneos.
Otro temblor de 5,6 de magnitud supuestamente producido por las labores humanas fue el que hizo temblar la ciudad de Newcastle, en Australia, en 1989, y que dejó 13 muertos y cientos de heridos. El geólogo estadounidense vincula esta catástrofe con la cantidad de carbón extraído de las minas cercanas.