sábado, diciembre 21, 2013

China 'no traga' con el maíz transgénico: Devuelve a EE.UU. medio millón de toneladas

China ha devuelto esta semana 545.000 toneladas de maíz transgénico a EE.UU. tras encontrar una cepa genéticamente modificada no aprobada por el Ministerio de Agricultura del país asiático.

Se trata de 12 lotes de maíz transgénico MIR-162 importado de EE.UU. que no recibió la aprobación del ministerio chino de Agricultura. El organismo detalló a través de su sitio de internet que debido a este hecho la carga fue rechazada y devuelta a EE.UU., así como también instó a Washington a "reforzar sus medidas de control".

La importación de la primera cosecha de transgénicos, la soja, fue aprobada por el Gobierno chino en 1997. Actualmente China ya ha aprobado 15 cepas de maiz transgenico y el MIR-162 está esperando su turno.

"El proceso de evaluación de la seguridad [de MIR162] no ha sido concluido y no se permiten las importaciones hasta que no se expida el certificado de seguridad", ha dicho el vice ministro de agricultura chino, Niu Dun.

El Gobierno chino promueve el uso de los transgénicos para aumentar la producción de alimentos, pero choca con la critica por parte de los opositores de los transgénicos, que ponen en duda la seguridad de los transgénicos, especialmente aquellos, importados de EE.UU.

A principios de deciembre China ya devolvió a EE.UU. otras 60.000 toneladas de maíz transgénico por la misma razón.


Ratas alimentadas con productos Monsanto originan un escándalo científico


La revista científica 'Food and Chemical Toxicology' ha retirado un artículo que afirma que el maíz transgénico causa tumores en ratas, por dudas metodológicas al respecto de la investigación. Los autores calificaron la medida de "escándalo".

"Las conclusiones presentadas en el artículo, aunque no sean  incorrectas, no se pueden considerar como convincentes por lo que no alcanzan el nivel necesario para ser publicadas en 'Food and Chemical Toxicology'", dijo la editora Elsevier en su página web.
Las conclusiones presentadas en el artículo, aunque no sean  incorrectas, no se pueden considerar como convincentes por lo que no alcanzan el nivel necesario para ser publicadas en 'Food and Chemical Toxicology'  
En su estudio, el investigador francés Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y su equipo, afirman que las ratas alimentadas con maíz transgénico de la multinacional Monsanto o expuestas mediante el consumo de agua a su fertilizante más vendido murieron antes que las que siguieron una dieta sin estos elementos.

Se trata de una dieta que contenía NK603 (una variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis del herbicida Roundup) o a las que se dio agua que contenía niveles de este producto químico permitido en EE.UU.

Además, los animales que siguieron la dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios y daños severos en hígados y riñones, constata el estudio, publicado en la revista el año pasado.

Los alarmantes resultados  de esa investigación fueron muy difundidos por medios de comunicación de todo el mundo.

Sin embargo, la editora informó que había recibido cartas  de varios científicos genetistas que se mostraban muy escépticos sobre las  conclusiones del estudio.

Señalaban algunos fallos metodológicos, tales como la insuficiente cantidad de ratas observadas y la falta de correlación entre las cantidades de maíz transgénico en cada ración y la mortalidad de las ratas.  

Como consecuencia, la revista consideró el estudio como no lo suficientemente preciso. El equipo liderado por Seralini argumentó que la decisión de retirar su obra proviene del nombramiento en el equipo editorial de la revista del biólogo Richard Goodman, quien previamente trabajó para el gigante transgénico Monsanto.

Goodman, a su vez, descartó estar detrás de este asunto, diciendo que "ni revisé los datos del estudio ni tengo nada que ver con la decisión de que el estudio sea retirado".