“El estrés es una causa de ganancia ponderal. Cuando estamos en una situación estresante tenemos tendencia a comer aquellos alimentos llamados de 'recompensa', que son los que nos dan un mayor placer, ya que son ricos en azúcares y grasas, según el coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Albert Lecube.
No obstante, asegura, el bienestar que producen los alimentos calóricos dura un periodo corto de tiempo, y a los pocos minutos del consumo de este tipo de comidas de alto contenido graso, la persona vuelve a sentir nerviosismo.
El estrés produce la activación del eje hipotálamo-hipofisario-glándula adrenal, favoreciendo la producción de corticoides por las glándulas adrenales, una hormona que recibe el cerebro mediante receptores, que al ser estimulados actúan como factores de transcripción o regulando la expresión de algunos genes.
De ahí que los niños y adolescentes corran mayor riesgo, porque su cerebro no está del todo desarrollado y el consumo de calorías les puede provocar sobrepeso u obesidad, advierte Lecube.