Jack Selby, famoso por ser uno de los creadores de PayPal, es el bienhechor anónimo que desde hace unos meses deja unas jugosas propinas en los restaurantes que visita, donde la única seña de identidad que dejaba era una cuenta de Instagram.
Las propinas, que varían desde los 500 dólares hasta los 10.000 dólares, han sido repartidas en los últimos tres meses en bares y restaurantes de la costa oeste y varios estados del medio oeste de Estados Unidos e incluso en México, y todas quedan registradas en la cuenta @TipsForJesus o 'propinas para Jesus' de Instagram.
Pero el misterio terminó luego de que hace apenas unos días un camarero identificara al que hasta ahora era el misterioso hombre de las propinas astronómicas. Según dijo Aruj Dhawan, mesero del restaurante Bo's Kitchen, en Nueva York, él reconoció al exvicepresidente de Paypal, quien le dejó una propina de 7.000 dólares, informa 'New York Post'.
El benefactor, que paga usando diferentes tarjetas American Express, toma fotos a los camareros con los recibos para después colgarlas en el perfil de Instagram, en donde asegura que hace 'el trabajo del Señor'.
Pero el misterio terminó luego de que hace apenas unos días un camarero identificara al que hasta ahora era el misterioso hombre de las propinas astronómicas. Según dijo Aruj Dhawan, mesero del restaurante Bo's Kitchen, en Nueva York, él reconoció al exvicepresidente de Paypal, quien le dejó una propina de 7.000 dólares, informa 'New York Post'.
El benefactor, que paga usando diferentes tarjetas American Express, toma fotos a los camareros con los recibos para después colgarlas en el perfil de Instagram, en donde asegura que hace 'el trabajo del Señor'.
Se pasa 10 años fingiendo ser de la CIA para viajar gratis
John Beale, un miembro de la Agencia de EE.UU. para la Protección del Medio Ambiente (EPA), halló una manera inusual para ausentarse del trabajo y viajar a costa del estado: fingir ser un agente de la CIA.
John Beale, de 65 años, un experto en clima que trabajó durante años como consejero en jefe de políticas de calentamiento global y emisiones de CO2, se rodeó de la leyenda de que era un agente de la CIA que participaba regularmente en las operaciones en el extranjero, por ejemplo en Pakistán. Bajo este pretexto podía ausentarse del trabajo durante varios meses, mientras que, en realidad, estaba en casa de vacaciones.
Durante diez años nadie sospechó de la estafa de Beale, y la verdad salió a la luz solo después de que el funcionario se retirara. Según cálculos preliminares, el gran engaño le costó al Tesoro de EE.UU. casi un 1 millón de dólares. Esta suma no solo fue gastada en concepto de salario del astuto funcionario, sino que también fue destinada para costearle los pasajes 'business class' y su alojamiento en hoteles de cinco estrellas. Según la investigación, su ingreso oficial anual superó los 206.000 dólares. Estaba considerado el empleado mejor pagado de la EPA.
Ahora John Beale ha de comparecer ante el tribunal. Si es declarado culpable, podría enfrentarse a una pena de 30 meses de prisión. La fiscalía considera sus acciones como un "crimen a gran escala". Según los investigadores, Beale no solo causó pérdidas financieras a su empleador y causó un daño irreparable a la reputación de la EPA, sino que también insultó a los agentes de la CIA reales que se consagran a la defensa de la patria. Aunque el acusado admitió la culpa, los abogados insisten en que sus acciones se explican por problemas psicológicos.
Durante diez años nadie sospechó de la estafa de Beale, y la verdad salió a la luz solo después de que el funcionario se retirara. Según cálculos preliminares, el gran engaño le costó al Tesoro de EE.UU. casi un 1 millón de dólares. Esta suma no solo fue gastada en concepto de salario del astuto funcionario, sino que también fue destinada para costearle los pasajes 'business class' y su alojamiento en hoteles de cinco estrellas. Según la investigación, su ingreso oficial anual superó los 206.000 dólares. Estaba considerado el empleado mejor pagado de la EPA.
Ahora John Beale ha de comparecer ante el tribunal. Si es declarado culpable, podría enfrentarse a una pena de 30 meses de prisión. La fiscalía considera sus acciones como un "crimen a gran escala". Según los investigadores, Beale no solo causó pérdidas financieras a su empleador y causó un daño irreparable a la reputación de la EPA, sino que también insultó a los agentes de la CIA reales que se consagran a la defensa de la patria. Aunque el acusado admitió la culpa, los abogados insisten en que sus acciones se explican por problemas psicológicos.