Un joven informático quiere que los niños aprendan las nociones de su oficio con un ordenador barato y simple de montar. El proyecto se ha hecho realidad gracias a la financiación colectiva y puede suponer el comienzo de una nueva era tecnológica.
Alex Klein, un joven empresario británico de 23 años, presentó un nuevo ordenador de bajo coste con base de Raspberry Pi –un circuito integrado creado para introducir la informática en entornos educativos– con el fin de que los niños puedan aprender las bases de programación, informa Efe.
El nuevo computador, denominado 'Kano', se vende por 107 dólares sin montar y ensamblarlo es tan simple que hasta un crío de ocho años puede hacerlo en un minuto. El inventor compara su equipo con un juego de Lego, cuyo centro es una placa base del tamaño de una tarjeta bancaria que se empotra en una funda traslúcida, a la cual se enchufan cuatro cables de diferentes colores (rojo, amarillo, azul y verde).
Tras reunir todas las piezas y conectar el equipo a una televisión, se puede ver en su pantalla una versión simplificada del sistema operativo Linux, que ofrece a los pequeños informáticos posibilidades de jugar, acostumbrarse al ambiente informático y practicar sus primeros abecés de programación.
Alex Klein ha podido financiar su proyecto didáctico gracias a un portal de financiación colectiva y a aportaciones que van desde 9 hasta 999 dólares llegadas de 47 países. De esta forma reunió en un mes 1,3 millones de dólares, quince veces más de lo que necesitaba para empezar a distribuir su máquina.
Animados por este triunfo, Klein y su equipo se decidieron a "cambiar el mundo", porque ha llegado un momento en el que las personas quieren "volver a tener el control sobre sus dispositivos, quieren poder crear y jugar con la tecnología, no ser simplemente consumidores". El informático tiene pensado lanzar otros equipos electrónicos que los propios usuarios puedan ensamblar.
El nuevo computador, denominado 'Kano', se vende por 107 dólares sin montar y ensamblarlo es tan simple que hasta un crío de ocho años puede hacerlo en un minuto. El inventor compara su equipo con un juego de Lego, cuyo centro es una placa base del tamaño de una tarjeta bancaria que se empotra en una funda traslúcida, a la cual se enchufan cuatro cables de diferentes colores (rojo, amarillo, azul y verde).
Tras reunir todas las piezas y conectar el equipo a una televisión, se puede ver en su pantalla una versión simplificada del sistema operativo Linux, que ofrece a los pequeños informáticos posibilidades de jugar, acostumbrarse al ambiente informático y practicar sus primeros abecés de programación.
Alex Klein ha podido financiar su proyecto didáctico gracias a un portal de financiación colectiva y a aportaciones que van desde 9 hasta 999 dólares llegadas de 47 países. De esta forma reunió en un mes 1,3 millones de dólares, quince veces más de lo que necesitaba para empezar a distribuir su máquina.
Animados por este triunfo, Klein y su equipo se decidieron a "cambiar el mundo", porque ha llegado un momento en el que las personas quieren "volver a tener el control sobre sus dispositivos, quieren poder crear y jugar con la tecnología, no ser simplemente consumidores". El informático tiene pensado lanzar otros equipos electrónicos que los propios usuarios puedan ensamblar.