Pinterest ha sido la última plataforma en darse de bruces con el escollo de la extrema delgadez. A finales de marzo, sus impulsores decidían ponerle palos en las ruedas a un fenómeno nacido hace diez años en las webs y conocido como Thinspiration -término inglés acuñado a partir de las palabras "delgado" (thin) e "inspiración" (inspiration)- que de tan perseguido en la red (Franca Sozzani es una de las principales activistas en contra de los blogs proanorexia y probulimia) se ha mudado en busca del amparo que propician herramientas sociales como Tumblr o el mismo Pinterest. Allí, las usuarias aprovechan que priman el contenido visual y la interacción para crear cuentas a través de las cuales compartir e intercambiar, reblogueando o pineando y repineando, fotos de cuerpos discutiblemente saludables que después almacenan a modo de recordatorio.
La anatomía de Megan Fox es una de las más alabadas por las
instigadoras de este movimiento.
Tumblr fue la primera en reaccionar ante esta corriente anunciando que iba a eliminar de sus dominios todos aquellos posts que fomentaran cualquier tipo de abuso o autolesión y el veto de esta plataforma le pasó la patata caliente a Pinterest, donde a las pocas semanas empezaban a multiplicarse los moodboards etiquetados con el hashtag #thinspo. El principal obstáculo con el que se han encontrado ahora sus gestores, a fin de que una nueva política legal resulte exitosa sin podar indiscriminadamente contenido, es la subjetiva línea que separa el peligroso material que incita a tomar medidas perjudiciales para la salud y aquellas fotografías que muchas veces derivan de editoriales de moda.
Publicar este tipo de mensajes (las instantáneas van muchas veces acompañadas de lemas que rezan cosas como "Haz que se arrepientan del día en el que se atrevieron a llamarte gorda" o "No pares de adelgazar hasta que te sientas orgullosa") no es constitutivo de delito, por lo que la compañía ha dejado en manos de los propios usuarios el denunciar libremente aquel contenido que consideren inapropiado.
Twitter, sin ir más lejos, fue el año pasado requerida por el Ministerio de Sanidad Español para erradicar aquellos perfiles y mensajes que pudieran fomentar la anorexia y la bulimia pero la compañía hizo prevalecer ante todo la libertad de expresión y se negó a practicar la autocensura.
En Instagram la polémica también está servida: en este formato colgaba el lunes Alexa Chung una foto, aparentemente inocente y acompañada de su madre, que dos horas después retiraba por el aluvión de comentarios negativos vertidos en referencia a la extrema delgadez de sus piernas. "Cada persona tiene una talla diferente, no pretendo ser ningún ejemplo de Thinspo", se disculpaba.
¿El próximo foco de thinspiración? Según predicen desde el Daily News, Youtube.