En los últimos años, los mayas han sido la cultura de la que más se ha hablado en todo el mundo, y es que de acuerdo a la lectura de su calendario, el supuesto "fin del mundo" sucederá el 21 de diciembre, el día del solsticio de invierno.
Aún cuando no se habla de calamidades, los mayas describen a esta fecha como el momento exacto en el que ocurrirá una transformación en la vida de todos los seres humanos. El nuevo ciclo estará lleno de armonía y será libre de materialismos.
Con esta premisa, se ha generado gran cantidad de información. Algunos afirman que será el fin de la humanidad, mientras que otros señalan que sólo se trata de una transición en el hombre, pero que no habrá un cataclismo.
Mientras las personas, científicos y arqueólogos siguen deliberando acerca del tema, otros han aprovechado el contexto, creando diversos productos para que las personas los adquieran, desde redes sociales para encontrar el amor antes del fin del mundo, hasta planear tus vacaciones para estar en tierra maya durante el Apocalipsis.
Sin embargo, recientemente arqueólogos dieron a conocer que encontraron un calendario maya del siglo IX en la zona arqueológica de Xultún, en Guatemala. Se menciona que dicha pieza hace referencia a 17 ciclos, lo cual contradice la posibilidad de que el fin del mundo sea en este año..
El más antiguo calendario astronómico maya jamás encontrado, fue hallado en una pequeña habitación oculta. Y ante la eminente pregunta sobre el fin del mundo, uno de los científicos involucrados en esta investigación, el arqueólogo William Saturno, de la Universidad de Boston, señaló que en este calendario no hay rastro del Apocalipsis; y afirma que han detectado una novedad que contradice la posibilidad de que los mayas marquen alguna fecha exacta para el final del mundo.
En este mapa de tiempo los expertos identificaron 17 ciclos en vez de los 13, que son los que se marcan el calendario que hace referencia al cambio radical en la humanidad. Es por ello que ahora, esta prueba, desmiente la posibilidad de que el mundo llegará a su fin en este año; y que la vida continuará al menos 7 mil años más.
La estructura que muestra la nueva evidencia fue descubierta en 2010, en la antigua ciudad de Xultún, escondida en la selva de la zona de Petén, un territorio de ruinas de 16 kilómetros cuadrados.
Lo más impresionante de este descubrimiento, es la perfecta conservación que tiene las pinturas donde se encuentra plasmado el calendario maya, esto a pesar de haber permanecido enterrado por siglos, así lo menciona el arqueólogo David Stuart, de la Universidad de Austin.
Otra de las características especiales de este vestigio es, sin duda, su antigüedad; los expertos mencionan que está fechado en el siglo 9 d.C., por lo que se puede deducir que los mayas comenzaron a realizar cálculos astronómicos cientos de años antes de que se registraran en los códices.
Y respecto a las teorías fatalistas del fin del mundo, el arqueólogo Saturno declaró que es una polémica "manipulada", dado que, de acuerdo con su tesis, el calendario maya no tiene término, es un ciclo que donde acaba vuelve a empezar y se perpetúa millones de años.
"Es como el cuentakilómetros de un coche, cuando llega al final no anticipamos que el vehículo vaya a desaparecer, vuelve a empezar", afirmó.