Decir que una persona vegetariana es aquella que no come carne y restringe su dieta a los alimentos provenientes del mundo vegetal, es reducir demasiado una cuestión que, además de la dimensión nutricional, abarca aspectos filosóficos, religiosos, culturales y morales. Así como muchos se alinean en las filas del vegetarianismo por considerarlo una opción alimenticia más saludable, otros lo hacen porque así lo indica su credo, y otros por una cuestión ecológica, por considerar que no es ético matar a los animales para alimentarnos.
¿Qué es ser vegetariano?
Hay múltiples variantes, pero se llaman vegetarianos los que no ingieren carne. Su dieta, a base de verduras, frutas, semillas y cereales es variada, nutritiva y saludable. Sin embargo, si uno prescinde de las proteínas de la carne sin sumarlas de otra manera, puede sufrir severos trastornos. Esa fuente de nutrientes es necesaria y debe ser reemplazada.
Pros: Los productos vegetales no producen fermentaciones en el intestino, evitando infecciones y la toxemia. Ayudan a prevenir enfermedades cardíacas y arteriales y, la alta dosis de fibras facilita la eliminación de toxinas previniendo el cáncer de colon.
Contras: Aumentan las probabilidades de sufrir enfermedades generadas por la falta de calcio y zinc., porque estos minerales suelen ser absorbidos por estos vegetales. A su vez, las proteínas vegetales no son completas ni logran sustituir a las que se encuentran en carnes, lácteos y huevos. Además, como el hierro que aportan es insuficiente, a veces, provoca anemia.
Quién es quién
Veganos: Son los que no comen ningún tipo de carne ni productos procedentes del reino animal. Excluyen la miel, la gelatina y no usan cuero ni seda en su indumentaria.
Pescetarianos: Se trata de veganos que admiten, en su dieta, el pescado.
Semi-vegetarianos: Son los menos estrictos. Sólo restringen la carne roja pero incluyen en su dieta los lácteos, huevos, aves y pescados.
Ovo-lácteo-vegetarianos: No consumen ningún tipo de carne pero sí productos animales como los huevos y los lácteos.
Frutarianos: Únicamente se alimentan con frutas y frutos secos.
Macrobióticos: Tampoco ingieren alimentos procesados, azúcar, sal ni miel.
Crudívoros: No cocinan ni calientan los alimentos. Comen todo crudo para conservar sus propiedades.