La historia de Terri Graham, al menos, llama la atención. Es una mujer de 44 años que vive en California, Estados Unidos, que desde hace dos años amamanta a su perro. Sí, lo amamanta. Y lo hace cuatro veces por día.
La mujer tiene dos hijos, pero no pudo amamantarlos. Pero al ejercer este rol con su perro, Spider, dice sentirse “completa y mejor madre”. En una entrevista con la revista Closer, esta excéntrica mujer decidió contar su realidad, aunque sabe que algunas personas podrán tratarla como un “bicho raro”.
El perro probó su leche materna hace dos años, cuando empezó a lamer botellas que dejaba preparadas para uno de sus hijos. Esto derivó en que ella decida comenzar a alimentar a su perro de esta manera. Mientras tanto, una psicóloga entrevistada por dicha revista sugirió que Terri busque terapia.
¿La historia se repite?
En 2010, se conoció la experiencia de Suzanne Morgan, una madre soltera que se encontró una noche con su perro Dixie hambriento y sin nada para darle: aullaba y ladraba sin control. En lugar de salir de casa en busca de alimento, decidió darle de mamar. Sin dudas, es una actitud polémica.