Hay condiciones que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Algunas son inmodificables, pero si se combaten las demás se puede hacer mucho por la salud del corazón. Un repaso por los buenos hábitos, y los que conviene desterrar.
Un “factor de riesgo” es una condición o una característica presente
que aumenta la posibilidad de contraer una enfermedad en el futuro. No
debe confundirse este concepto con el de “asociación”, que significa una
situación presente que acompaña a una enfermedad, pero que carece de
una relación causa/efecto con la misma.
Para que una condición sea considerada “factor de riesgo” de una enfermedad deben cumplirse además otras dos condiciones:
* Deben existir mecanismos biológicos que relacionen al factor de riesgo con la enfermedad.
* Se debe demostrar que la eliminación del factor de riesgo reduce la frecuencia de aparición de la enfermedad.
Uno
de los hitos en la historia del descubrimiento de los factores de
riesgo cardiovascular es el “Estudio Framingham”. Fue iniciado en 1948
por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos y la Universidad de
Harvard en esa localidad cercana a Boston, con el objeto de estudiar las
causas de las enfermedades cardiovasculares. Se examinó a los 5.209
habitantes de esa ciudad y se los controló cada dos años durante las
décadas siguientes, registrando quienes contraían afecciones
cardiovasculares. De ese modo, se llegó a la conclusión que las cuatro
características capaces de predecir la aparición de infarto de miocardio, accidente cerebro vascular u otras enfermedades provocadas por la obstrucción de las arterias (”factores de riesgo cardiovascular”) eran:
* El colesterol sanguíneo elevado.
* La presión arterial elevada.
* El tabaquismo.
* La diabetes.
Posteriormente se identificaron otros factores de riesgo:
* La edad.
* La herencia.
* El sexo masculino.
* El climaterio femenino.
* El colesterol HDL (o “colesterol bueno”) bajo.
* La obesidad.
* El sedentarismo.
* El estrés emocional.
Es
importante recordar que algunos de estos factores son inmodificables,
como la edad, el sexo, la herencia o el climaterio. Pero innumerables
estudios científicos en todo el mundo han demostrado que combatiendo los
demás se pueden prevenir sustancialmente las enfermedades cardiovasculares. Actualmente se acepta en todo el mundo que la manera más eficaz de encarar esta lucha es identificar y eliminar esos factores.
Recordemos que el “trípode del corazón sano” es: no fumar, comer en forma saludable y hacer actividad física con regularidad.