martes, mayo 07, 2013

A Argentina se le atraganta McDonalds: ¿la retirada del Big Mac deslustra la economía?

McDonald’s ha retirado de la venta en Argentina uno de sus productos más conocidos, el Big Mac, lo que, según expertos, puede ser un modo de ensombrecer la economía argentina, que se calcula entre otros factores sobre la base del índice del Big Mac.

El Big Mac es la hamburguesa más promocionada y vendida del mundo, aunque en Argentina hace ya años que desapareció del mercado publicitario y también de los carteles en los locales de McDonald’s.

Parece que nadie quiere hablar en voz alta del Big Mac. Sólo en la India, la cadena más famosa de comida rápida renuncia a promocionar a la 'vedette' de sus hamburguesas. Pero mientras en el país asiático se debe a razones religiosas vinculadas al consumo de carne vacuna, en Argentina la decisión tiene que ver con su extremadamente bajo precio, controlado por el Gobierno desde 2007.

"A partir de esa situación de mantener los precios artificialmente bajos, la cadena McDonald’s habría decidido no promocionar el producto. Lo cual es lógico porque no le da la rentabilidad que le dan otros productos", indica el economista Belen Olaiz.

En un local porteño la hamburguesa sola cuesta 19 pesos argentinos, alrededor de 3,80 dólares; mientras que el combo Big Mac sale por 29 pesos, unos 5,90 dólares.

Una diferencia de más de un 50% por debajo del valor de los otros combos en el país, y muy por debajo del precio del mismo producto en otros países.

"Están tratando de incentivar desde la empresa a los clientes para que consuman otras hamburguesas y tener mayor ganancia", explica el economista Martín Burgos.


El secreto económico del Big Mac


Ni el Gobierno ni la empresa reconocen oficialmente la intervención estatal, lo que, sin embargo, parece ser un secreto a voces. De hecho, el precio del Big Mac es uno más de los que se incluyen en el índice por el que se calcula la inflación real del país. Un índice que, además, afecta a los intereses que Argentina paga por su deuda externa.

"El gobierno se ahorraba una gran cantidad de dinero, ya que al reconocer menos incremento de ese índice, reconocía también menos incremento de la deuda y pagaba, por lo tanto, menos intereses", explica el economista Belen Olaiz.

Pero esas no son las únicas consecuencias. La revista británica 'The Economist', mide el poder adquisitivo de distintos países de acuerdo al conocido índice Big Mac, calculado a partir del costo de producción de la famosa hamburguesa.

Si se toman como referencia los datos de Argentina luego de la intervención estatal, el país latinoamericano se encuentra en lo más alto de la lista, entre los más baratos y, por lo tanto, más competitivos del mundo. Un puesto ciertamente muy distinto al que ocuparía si el cálculo se hiciera tomando el valor de otro combo, como el Mc Pollo.

'The Economist' dejó de publicar las cifras oficiales del país y acusó al gobierno de mentir tanto a su población como a los inversores internacionales.

Para los expertos, sin embargo, el control estatal sobre los precios es sólo un problema formal, ya que políticas económicas como el aumento de los salarios se basan en la inflación real del país. Además, aseguran que esta intervención no afecta a otros datos más importantes que, con todo y con eso, muestran una evolución favorable de la economía argentina

"No se cuestiona ni el crecimiento ni la tasa de desempleo, que son los otros índices más importantes del país", señaló el economista Martín Burgos.


‘Exportando’ comida basura


El analista internacional Francisco González Tejera considera que el Big Mac es un concepto que Estados Unidos exporta para dominar a los pobres sin tener en cuenta la situación económica en otros países del mundo.



“El Big Mac [...] es una forma de exportar conceptos imperialistas y una medida que no aporta absolutamente a nada, ya que no se valora realmente los índices adquisitivos en cada país, los índices de desempleo, de problemática social, de desahucios”, sostiene el analista.