Tate & Lyle, el mayor fabricante mundial de azúcar, se beneficia del trabajo casi gratuito de niños camboyanos y de la expropiación de tierras a través de su proveedora local, la tailandesa KSL.
Doscientas familias de la provincia camboyana de Koh Kong han demandado al mayor productor mundial de azúcar, Tate & Lyle, con sede en el Reino Unido, por acaparamiento de tierras, desahucio, incendio y robo, así como por el uso de trabajo infantil.
Los aldeanos aseguran que Tate & Lyle conocía, o debería haber conocido, las acusaciones que pesaban sobre su proveedora local, la empresa tailandesa KSL, y quieren que se les compense por el valor del azúcar cultivado en tierras que todavía les pertenecen, según informa el rotativo británico 'The Guardian'.
Además de las compensaciones, los camboyanos solicitan ante el Alto Tribunal de Londres la devolución de sus tierras y la indemnización por el trabajo inhumano que tuvieron que asumir al ser despojados de sus tierras.
Muchos de ellos se vieron obligados a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar por poco más de un dólar diario para alimentar a sus familias. Además, para poder subsistir tuvieron que mandar a trabajar incluso a niños de 9 años. Los aldeanos también afirmaron que habían sufrido abusos físicos.
Desde 2006, el Gobierno de Camboya ha concedido casi 100.000 hectáreas de tierras cultivadas en tres provincias del país a dos empresas azucareras, Koh Kong Sugar Industry y Koh Kong Sugar Plantation. Las empresas limpiaron el terreno de arroz y otros cultivos y plantaron caña de azúcar para abastecer la refinería que instalaron en el mismo pueblo. Las familias se quedaron así sin su principal medio de subsistencia y sin ningún tipo de compensación.
Mientras tanto, Tate & Lyle ha expresado estar dispuesto a romper su contrato con KSL si se demuestra que el proveedor es culpable de un delito.
Sin embargo, la industria azucarera sigue desarrollándose en ese país del sudeste asiático bajo el paraguas del acuerdo preferencial 'Todo excepto armas', con el que la Unión Europea permite a los países menos desarrollados exportar sus productos a Europa sin pagar aranceles.
Los aldeanos aseguran que Tate & Lyle conocía, o debería haber conocido, las acusaciones que pesaban sobre su proveedora local, la empresa tailandesa KSL, y quieren que se les compense por el valor del azúcar cultivado en tierras que todavía les pertenecen, según informa el rotativo británico 'The Guardian'.
Además de las compensaciones, los camboyanos solicitan ante el Alto Tribunal de Londres la devolución de sus tierras y la indemnización por el trabajo inhumano que tuvieron que asumir al ser despojados de sus tierras.
Muchos de ellos se vieron obligados a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar por poco más de un dólar diario para alimentar a sus familias. Además, para poder subsistir tuvieron que mandar a trabajar incluso a niños de 9 años. Los aldeanos también afirmaron que habían sufrido abusos físicos.
Desde 2006, el Gobierno de Camboya ha concedido casi 100.000 hectáreas de tierras cultivadas en tres provincias del país a dos empresas azucareras, Koh Kong Sugar Industry y Koh Kong Sugar Plantation. Las empresas limpiaron el terreno de arroz y otros cultivos y plantaron caña de azúcar para abastecer la refinería que instalaron en el mismo pueblo. Las familias se quedaron así sin su principal medio de subsistencia y sin ningún tipo de compensación.
Mientras tanto, Tate & Lyle ha expresado estar dispuesto a romper su contrato con KSL si se demuestra que el proveedor es culpable de un delito.
Sin embargo, la industria azucarera sigue desarrollándose en ese país del sudeste asiático bajo el paraguas del acuerdo preferencial 'Todo excepto armas', con el que la Unión Europea permite a los países menos desarrollados exportar sus productos a Europa sin pagar aranceles.