viernes, agosto 30, 2013

Encuentran una proteína cerebral que provoca la depresión

Los investigadores chinos han logrado identificar una proteína cerebral que tiene un papel clave en el desarrollo de la depresión.

Para realizar el estudio, los científicos del Instituto de Ciencias Biológicas de Shanghái hicieron uso de una técnica llamada detección proteómica cuantitativa y analizaron las proteínas ubicadas en el cerebro central, el habenula lateral (LHb), de ratas normales y de algunas que sufrían de depresión congénita.

Los resultados de la investigación arrojaron que el nivel de una proteína, denominada CaM, fue dos veces mayor en el LHb en las ratas deprimidas que en los roedores normales.

Es de mencionar que las pasadas investigaciones habían mostrado que las células encontradas en la mencionada parte del cerebro eran hiperactivas, empero, no sabían cómo activarlas.

Este nuevo estudio es un primer paso para orientar la búsqueda de un nuevo fármaco que actúe sobre la regulación de la producción de esta proteína y que amplíe el marco de actuación de los antidepresivos.


Crean el primer cerebro en laboratorio


Científicos austríacos del Instituto de Biotecnología Molecular en Viena han creado por primera vez un pequeño cerebro a través de células de piel en el laboratorio.

Este equipo de científicos ha desarrollado pequeños cerebros humanos tridimensionales, de cuatro milímetros de diámetro, pero con plena funcionalidad, a partir de células madre pluripotentes que ayudarán a profundizar en el estudio de las enfermedades neurológicas.

Los investigadores austriacos lograron el desarrollo del tejido cerebral mediante la simulación de las condiciones fisiológicas del útero materno en un birreactor.

Las células cultivadas se agruparon en pocos meses de la misma manera que lo hacen las células durante la gestación del embrión. Los pequeños cerebros autónomos resultantes mostraban un desarrollo de las capas neuronales de la corteza cerebral y el hipocampo equivalente al del cerebro de un feto de nueve meses.

El desarrollo de este pequeño cerebro podría contribuir a entender y tratar mejor la microcefalia, cuando un cerebro no logra desarrollar su tamaño normal en el útero.

Asimismo, podría resultar útil en investigaciones complejas como el autismo o la esquizofrenia, trastornos derivados de disfunciones desconocidas en fases tempranas del desarrollo cerebral. A su vez, la novedosa creación permitirá experimentar con drogas en los tejidos logrados sin necesidad de sacrificar animales, obteniendo así resultados más certeros.