De acuerdo con un nuevo estudio realizado por la universidad de Kansas, en Reino Unido, hay una sustancia química, llamada BPA (Bisphenol A), en las botellas de agua que desencadena los ataques de migraña.
Según la agencia de noticias estadounidense Fox News, la sustancia química fue probada en ratas, a las cuales se les administró la BPA cada tres días, y que también tenían un dispositivo implantado en el cuerpo que producía síntomas similares a la migraña.
Las ratas que estuvieron expuestas a la BPA terminaron siendo menos activas y evitaban la luz fuerte, así como ruidos fuertes, y se atemorizaban fácilmente. Las ratas también mostraron signos de sensibilidad en la cabeza, y de sus cerebros se desprendían signos de afluencia de estrógeno.
Por su parte, el Dr. Fayaz Ahmed, de la organización benéfica Migraine Trust, señaló que ellos saben que la BPA también se utiliza en materiales como latas y envases de alimentos.
Hasta ahora la sustancia química se ha encontrado en numerosos productos, desde los cuadros de mando de los coches hasta en recibos de inscripción e incluso cosméticos.
Los países de todo el mundo han prohibido el empleo de la BPA en los biberones.
Advierten sobre riesgo tóxico de microplásticos para vida marina
Investigadores británicos han advertido sobre los efectos negativos de los microplásticos en la vida marina.
Según un equipo de investigadores de las universidades británicas de Plymouth y Exeter, los residuos plásticos afectan particularmente a los gusanos marinos que se consideran una fuente importante de alimento para otros animales.
El estudio publicado en la revista Current Biology muestra que los microplásticos podrían causar daño a salud de los gusanos tanto por la ingestión del plástico como por los productos químicos que contienen.
El proceso resulta en que los elementos contaminantes y químicos transferidos por los microplásticos alcanzan los tejidos de los gusanos marinos y les provocan una serie de efectos biológicos.
"Creemos que nuestro estudio ha puesto de manifiesto la necesidad de reducir la cantidad de residuos de plástico y, por lo tanto, los microplásticos que entran en nuestros mares", afirmó Tamara Galloway, de la Universidad de Exeter.
Pidió, además, mejores prácticas del manejo de los residuos, así como opciones más inteligentes para los materiales que se utilizan a fin de evitar la acumulación de plástico y restos de microplástico en hábitats marinos.