Stephen Power, de 29 años, recibió implantes de titanio creados por medio de esta tecnología para reconstruir sus mejillas y mandíbula.
Este miércoles, un grupo de cirujanos ingleses presentaron un nuevo e impresionante logro relacionado a la impresión 3D. Si bien durante el año pasado ya hablábamos de operaciones que incluían esta tecnología, como la de un artefacto que fue creado para tratar a un niño con una enfermedad pulmonar en Estados Unidos, ahora fue el turno de una reconstrucción facial realizada con estas técnicas.
En esta oportunidad esta tecnología benefició a Stephen Power, un joven inglés de 29 años que sufrió un accidente de moto en 2012 que no sólo cambio su vida, sino que desfiguró gran parte de su cara.
Un problema que se mantuvo sin solución hasta que fue contactado por un grupo de profesionales del Centro de Tecnologías Reconstructivas aplicadas en cirugía (Cartis, por su sigla en inglés) y el Morriston Hospital del Reino Unido, quienes le propusieron utilizar una serie de implantes de titanio, fabricados por medio de impresión 3D, para arreglar su rostro.
Para llevar a cabo este procedimiento, uno de los primeros pasos de los cirujanos fue realizar una tomografía computarizada a Power, específicamente para reconstruir digitalmente su rostro y así programar las máquinas enfocadas a la impresión tridimensional para crear los implantes necesarios.
Una vez que pudieron tomar un molde digital de sus huesos, los médicos crearon implantes de titanio que pudieron suplir los sectores que se habían visto más afectados por el accidente, específicamente sus mejillas y mandíbula.
Con este procedimiento Power se transformó en uno de los pocos pacientes en recibir un tratamiento basado en impresión 3D por un trauma físico. Hasta el momento, este joven no ha presentado problemas por la operación y ha calificado este procedimiento como "un cambio de vida", asegurando que pudo sentir los cambios radicales en su apariencia en el momento exacto que despertó de la cirugía.