Caracas rompió el pasado 5 de marzo las relaciones diplomáticas y congeló las económicas y comerciales con Panamá, en una decisión unilateral que el Gobierno panameño considera discriminatoria y contraria a acuerdos internacionales.
Nadie secunda a EEUU en sus acusaciones contra Venezuela
Una vez más Estados Unidos se queda aislado, ya que este martes, en el debate en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el resto de los países no ha secundado las acusaciones de Washington contra el Gobierno venezolano.
El representante permanente de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Jorge Valero, confirma que el Gobierno estadounidense se ha quedado solo en su nuevo conato por desestabilizar a Venezuela.
Valero negó las acusaciones de Estados Unidos sobre que en Venezuela se hubieran vulnerado los derechos humanos, asegurando que en su país “sí existe una plena observancia en vigencia en materia de DDHH, como lo reconocen numerosos foros regionales”.
En ese encuentro, Venezuela recibió el respaldo de las naciones vecinas, expresado en un comunicado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
La ALBA manifiesta “el firme respaldo a la democracia venezolana frente a la descarada arremetida mediática, económica y política de la potencia imperial que ha fracasado otra vez en su intento por derrocar el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro”, dijo el representante permanente de Nicaragua en la ONU, Carlos Robelo.
Valero, en su discurso en la sesión del Consejo de DDHH celebrada en Ginebra, Suiza, denunció, asimismo, que el Gobierno estadounidense carece de autoridad moral para defender los DDHH, puesto que es “experto en invasiones, en bloqueos económicos, creador de armas de destrucción masiva y responsable de la muerte de millones de personas en el mundo”.
Recordó, igualmente, que es deber del Consejo de la ONU cumplir con el mandato de proteger y defender los DDHH sobre la base del diálogo verdadero, la cooperación y el pleno respeto a principios como la universalidad, pero evitando en su juicio el doble rasero, la coacción y la politización.