Desde el año pasado hay una familia de gadgets que está de moda, los wearables. Dicha familia engloba todos los dispositivos que podamos llevar puestos, desde ropa hasta gafas, y hay uno por el que la mayoría de fabricantes han apostado, los relojes inteligentes o smartwatch.
Los smartwatch prometen mucho, un dispositivo portátil en nuestra muñeca que se convierte en extensión de nuestro smartphone y nos ofrece información complementaria o de acceso más rápido y cómodo. Esto es especialmente útil con el aumento de tamaño en pantallas de móviles, ya que poder hacer uso de un complemento más pequeño para tareas rápidas nos viene de perlas.
En la presentación del Apple Watch puso en evidencia un problema que todavía no hemos conseguido solventar, y que atañe de igual manera a Android, y es que todavía no estamos preparados para el smartwatch. La tecnología no puede ofrecer todavía lo que necesitamos para evitar unos problemas que, a día de hoy, hacen que el smartwatch quiera ser más de lo que puede en realidad ser.
¿Y de qué problema hablamos? De la batería. Hemos pasado por el aro de tener que recargar nuestro smartphone todos los días pero, ¿qué sentido tiene hacerlo también en un reloj? El problema de la batería en los relojes va más allá, y es que lo que estamos viendo es que casi cualquiera de los actuales smartwatches tendría que pasar al menos una vez al día por el cargador, con suerte algunos podrían llegar a los dos días de autonomía. Y un reloj no debería durar un día, debería durar meses, semanas si apuramos. Quiero poder irme de excursión o pasar la noche fuera de casa sin necesidad que a la mañana siguiente mi reloj sea solo un peso sobre mi muñeca, y eso todavía no se ha solucionado.
Por supuesto, un smartwatch ofrece muchísimas más funciones que un reloj convencional, es lógico que se agote la batería antes. Pero la decisión de los fabricantes ha sido poner pantallas de gran resolución y a color, en lugar de reducir las funciones y conseguir aumentar la autonomía, que es lo que importa de verdad a la hora de usabilidad en un reloj.
No queremos relojes con la pantalla apagada que se enciende automáticamente cuando miramos la hora y a veces no funciona, cuando tenemos un reloj y miramos la hora queremos que esté siempre ahí, porque al fin y al cabo es la función principalmente de este. Si un reloj falla para darnos la hora hay un gran problema de base, y posiblemente es lo que pase aquí, que toda la idea de los smartwatches está planteada mal desde el principio.
Una solución interesante a este problema es usar pantallas de tinta electrónica. Por supuesto no son tan llamativas como la Super AMOLED curvas del Galaxy Fit, pero consiguen aumentar muy significativamente la duración de la batería. Es justamente a lo que me refiero, ahora que el smartwatch es una tecnología emergente deberíamos apostar por el aumento de la autonomía reduciendo las funcionalidades extra.
Y teniendo en cuenta lo problemático de cargar diariamente un reloj, peor es el caso de los fabricantes que no cuentan con conector microUSB o carga inalámbrica. Si vamos a sacrificarnos a cargar el reloj cada día, que por lo menos no necesitemos un cable diferente o un pequeño adaptador, ya que dependeremos siempre de tener que llevarlo encima cuando salgamos.
Uno de los fabricantes que ha hecho una gran aproximación a la solución del gran problema de los smartwatch es Sony, y no ha sido con su SmartWatch 3, si no con la Smartband Talk. Esta última cuenta con funciones extra como notificaciones por vibración, acelerómetro, altímetro, medición de actividad y una pantalla de tinta electrónica que nos da la hora e información básica. Las funciones son más reducidas que en un smartwatch, pero la duración de la batería aumenta hasta unos 5 días, que no es mucho, pero marca una enorme diferencia. Perdemos Android Wear, pero hay que elegir lo que preferimos en un reloj: ¿batería o muchas funcionalidades?
EDITADO: Y por supuesto, como apuntáis en los comentarios, hay una mención obligatoria a Pebble, que se me había pasado por alto. Este reloj represanta perfectamente la idea de un reloj inteligente con varias funciones pero sin pasarse, que además incluye una pantalla de tinta electrónica, menos atractiva pero que ayuda a alargar considerablemente la duración de la batería.
Por supuesto esto se queda corto, pero dado que queda claro que no estamos todavía preparados para los smartwatch, es a mi parecer la mejor solución por la que se puede optar. A no ser, por supuesto, que no te importe cargar todos los días tu reloj. Pero claro, eso funciona mientras estás en casa, ¿y si tienes que pasar unos días fuera? Ya no solo te vas a tener que preocupar de la ya difícil tarea de cargar tu smartphone, ahora tu smartwatch se suma a la fiesta.
Estamos viviendo el comienzo de una tecnología que en unos años será común y mucho más avanzada, pero por ahora tiene un problema enorme que limita su funcionalidad muchísimo,