Asomate al ranking más triste a la hora de sentarte a la mesa. Para llegar a esta conclusión estudiaron a 120.877 personas durante veinte años.
Ni los helados, ni las chucherías ni los refrescos engordan tanto
como las papas fritas. En este sentido, y en referencia a las papas,
señala Xavier Pí-Sunyer, experto en obesidad del hospital St.
Luke’s-Roosevelt de Nueva York, que “son sabrosas, diría que
irresistibles, y tienen una textura muy buena. Las personas no suelen
comer una o dos. Se comen un paquete entero”.
Para corroborar las
palabras de Pí-Sunyer, un estudio realizado por científicos de la
Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, señala que lo que
comemos, y cuánto comemos, tiene mucho más impacto que el ejercicio
físico y la mayoría de los otros hábitos con respecto al aumento de peso
a largo plazo.
Los resultados del estudio fueron publicados en
el New England Journal of Medicine. Es el analisis más completo hasta
ahora sobre el efecto de alimentos particulares y las decisiones de
estilo de vida como el tiempo dedicado al sueño y dejar de fumar.
Los
problemas de peso son una epidemia. El 62 por ciento de los adultos
padecen de sobrepeso. La obesidad infantil se ha triplicado en las
últimas tres décadas y los chicos con sobrepeso tienen más
posibilidades de sufrir acoso escolar.
Los kilos se acumulan
durante décadas, y muchas personas luchan contra el aumento de peso sin
darse cuenta de qué lo está causando. Este nuevo estudio señala que la
elección de alimentos es la clave. El mensaje es el de siempre: comer
más frutas, verduras, granos integrales y nueces, y reducir el consumo
de papas, carnes rojas, dulces y refrescos.
“No hay una varita
mágica para controlar el peso”, dijo uno de los jefes del estudio, Frank
Hu. “La dieta y el ejercicio son importantes para prevenir el aumento
de peso, pero la dieta desempeña claramente un papel más importante” ,
advirtió el investigador.
Para llegar a estos resultados, los
médicos analizaron los cambios en los hábitos de dieta y estilo de vida
de 120.877 personas a través de tres estudios de aspectos médicos de
larga duración. Todos eran profesionales de la salud y no eran obesos
al comienzo. Su peso se midió cada 4 años durante dos décadas y ellos
detallaron su dieta en cuestionarios. En promedio, los participantes
aumentaron ocho kilos durante el período de 20 años.
Las papas
fritas fueron el mayor culpable de esos aumentos de peso. Cada dosis
diaria de 28 gramos (unas 15 papas y 160 calorías) lleva a aumentar
0,77 kilo en un rango de tiempo definido: cuatro años. Eso es en
comparación con golosinas y postres (otros enemigos públicos de la
balanza), que añadieron 0,19 kilo.