Lo dijo Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional. Sería “inminente” y afectaría las redes de gas, luz y agua.
La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, advirtió ayer que ese país corre el riesgo de padecer en forma “inminente”
un ataque informático de la magnitud de los atentados terroristas del
11 de septiembre de 2001. La funcionaria demócrata, recientemente
confirmada en su cargo por el presidente Barack Obama, aseguró al hablar
en un centro académico de Washington que “la amenaza es real” y que el
blanco del cyberataque a manos de “hackers” o piratas informáticos
serían infraestructuras claves como las redes nacionales de agua, gas y
energía eléctrica.
Al pronunciar una conferencia en el Centro
Wilson –un think tank independiente–, Napolitano sostuvo que, según los
cálculos que maneja su secretaría, podría provocar los mismos estragos que la tormenta tropical Sandy, que a finales de 2012 recorrió el continente americano dejando centenares de muertos.
La
jefa de Interior ha recordado que ya se han producido ataques
informáticos contra bancos estadounidenses. “Ya hemos recibido una
llamada de atención. Se están produciendo todo el tiempo y vienen de
diferentes lugares, con diferentes formas, aunque cada vez más
sofisticadas”, dijo a su selecta audiencia.
“No deberíamos esperar
a que haya un 11–S informático”, agregó en alusión a los atentados
terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono, en setiembre de
2001. “ Hay cosas que podemos y debemos hacer ahora mismo para, si no prevenir, al menos mitigar los daños”, apuntó durante su alocución.
Con
el fin de prevenir tal ataque, Napolitano viene presionando al Congreso
–paralizado por una profunda división entre republicanos y demócratas–
para que apruebe una legislación sobre los llamados “cyberataques” que
concede al gobierno de Estados Unidos un mayor acceso a Internet y a
información ligada a la seguridad informática del sector privado.
Se
espera que el presidente Obama ordene la creación de un sistema
destinado a ayudar a las empresas a proteger las infraestructuras que
gestionan, que será voluntario y que contendrá incentivos para las
compañías que decidan participar.
Pero sin una nueva ley, las compañías no podrán contar con ninguna seguridad o inmunidad legal
por compartir información con el Estado y dentro de la industria sobre
potenciales amenazas. Actualmente, el ordenamiento jurídico
estadounidense no garantiza la inmunidad legal a las empresas que,
voluntariamente, accedan a compartir información con el Gobierno, aunque
sea por motivos de seguridad nacional.
El sector privado se ha mostrado reacio a dicha legislación al considerar que se trata de una extralimitación del sector público con la que podría acceder a información que ahora no está a su alcance.
Un
proyecto de cyberseguridad fracasó en el Capitolio el año último, luego
de que grupos empresarios y organismos de derechos civiles se
opusieran. La medida habría incrementado la cantidad de información
sobre privados que ya poseen las agencias de seguridad y de
inteligencia. Y también habría aumentado el monitoreo sobre empresas que
controlan plantas de energía o de tratamiento de aguas.
Algunos
empresarios consideran a una ley semejante como “un exceso de gobierno”
que podría llevar al espionaje en Internet. Tal proyecto legislativo es
conocido como CISPA por sus siglas en inglés (Acta de Protección y
Participación de Inteligencia Informática).
El jefe del Pentágono,
León Panetta, también ha sido en su gestión un firme defensor del
aumento del poder gubernamental en la Web. En Octubre último advirtió
que EE.UU. encara un posible “Pearl Harbour cibernético” a manos de
hackers extranjeros, en alusión al ataque japonés sobre el puerto en el
Pacífico que llevó a los estadounidenses a entrar en la Segunda Guerra
Mundial.
“Un cyberataque perpetrado por otros países o por grupos
extremistas podría ser tan destructivo como el atentado terrorista del
11–S”, dijo durante un discurso. “Tal ataque informático podría
paralizar a la nación”, agregó.
En el último mes de setiembre,
Napolitano reiteró su frustración con el Congreso por su rechazo a
aprobar una ley para el tema. “Los ataques llegan todo el tiempo. Y
llegan desde diferentes fuentes, con diferentes formas”, comentó en un
discurso ante el Social Good Summit.
Abogados y grupos de derechos civiles han expresado su preocupación de que el gobierno sea capaz de “leer” los emails,
conversaciones online y toda otra información personal de los
estadounidenses a la que sólo empresas privadas y otros servidores
tienen actualmente acceso. La jefatura de la Secretaría de Seguridad
Nacional ha prometido que no abusarían de su poder. Pero los críticos,
por lo que se ve hasta ahora, permanecen aún muy escépticos.