Con una cámara casera, el postulante graba un video donde cuenta sus aptitudes. Para los expertos, complementa la clásica entrevista y acelera los tiempos de contratación. Pero puede dar lugar a discriminación.
El avance de la tecnología ha dado un paso más y se metió en una
tarea que, hasta ahora, era necesariamente humana: la búsqueda de
trabajo y el proceso de selección de personal. Es que las empresas
comenzaron a implementar en su maquinaria de reclutamiento de empleados
al video currículum, una nueva modalidad que no está exenta de
polémicas.
Con una cámara casera, el postulante graba un video
corto, de alrededor de un minuto y medio, en el que mirando a cámara
cuenta cuáles son sus aptitudes, para qué puesto está capacitado y sus
pretensiones laborales. Esas imágenes las sube a algunos de los sitios
web de búsqueda laboral, y los encargados de recursos humanos de las
empresas puedan verlas y tener un panorama de quién está detrás del
texto del CV tradicional.
Esta nueva forma de presentarse ante un potencial jefe “ permite acelerar los tiempos de contratación
hasta en un 50%, porque el proceso tradicional puede llevar la
necesidad de formalizar dos o tres entrevistas. Así se puede omitir la
primera parte, que sólo sirve para conocer a la persona”, asegura
Sebastián Alí, CEO de CastingLaboral.com.
Las empresas implementan
cada vez más esta mecánica en sus métodos de reclutamiento. Eugenia
Besler, directora de Selección de ADECCO, explica que “es una tendencia
creciente. Muchas empresas están cerca de esta nueva herramienta, porque
favorece el contacto con el candidato desde otra perspectiva, y es
fundamentalmente útil para los casos de reclutamiento a distancia”.
Si
bien la iniciativa parece tentadora, tiene sus detractores. Juan
Bodenheimer, miembro de la Comisión de Empleos, Capacitación y
Desarrollo de la Asociación de Recursos Humanos (ADRH),
advierte que “deben entenderse sus limitaciones y posibilidades, como
también estar atentos a cómo se evalúa lo observado. El video currículum
no reemplaza a una entrevista, pero puede ser una herramienta
interesante para relevar aspectos que puedan ser críticos para algunas
posiciones”, como las que requieren cierta calidad de dicción o un nivel
determinado de inglés.
Besler aporta: “La entrevista cara a cara
brinda el confort y el ambiente propicio dado que genera un encuadre al
proceso de selección. Suele suceder que, en algunas ocasiones, los
candidatos se limitan frente a la cámara o no logran ‘soltarse’. Esto
puede actuar como limitante y generar incomodidad para el entrevistado”.
Yesica Dos Santos, también especialista en Recursos Humanos, agrega que
“la presencia o quizás la presentación en el video pueden descartar a
un candidato que quizás se muestre demasiado informal, y en línea de sus
habilidades escritas en el CV tradicional puede impactar mucho más.
Para el reclutador, la presentación escrita dice muchísimo sobre la
personalidad, la prolijidad y el grado de organización de ideas”.
Este
es un punto polémico: cómo se ve el postulante, y si llama más la
atención lo que dice que cómo lo dice. El peso de la imagen en el ámbito
laboral lo confirmó un estudio de economistas, publicado el último domingo, en el que comprobaron que los más lindos tienen más chances de ser llamados cuando dejan un currículum.
En
este sentido, Yamila Martin Ferlanio, de la Comisión de Empleo y
Capacitación de ADRHA, advierte que hay “muchos países que tienen
legislaciones que amparan aspectos discriminatorios. No hay que olvidar
que en algunos lugares ni siquiera se admite adjuntar una fotografía al
currículum”. Alí defiende que “el CV virtual le garantiza al postulante
la posibilidad de que lo conozcan sí o sí”.
La utilización de esta
herramienta por parte de las empresas es alta. Sólo CastingLaboral
generó 420 contactos entre empresas y postulantes en 60 días.
De
todos modos, y con polémica de por medio, los especialistas coinciden
en el mismo aspecto. El currículum virtual no viene a reemplazar al
currículum tradicional, sino a dar un complemento. Puede eliminar el
factor humano de conocer a un candidato cara a cara, pero humaniza a la
clásica hoja de papel con datos sobre estudios y experiencia laboral.