domingo, febrero 03, 2013

¿Qué hacer si tus padres te agregan a Facebook?

Las alternativas educadas al «bloquear» y «no aceptar» que dejan a salvo la privacidad.

A todo el mundo le ha pasado, pero nadie sabe como responder. Un familiar cercano se une sorprendentemente al mundo de las redes sociales. Y como es normal, agrega a sus seres queridos. En ciertas edades, la petición de «amistad» deja desarmado al receptor, que debe optar entre mostrar una parte de su vida que de otra forma permanecería en la intimidad o rechazar discretamente la invitación. Ambas opciones pueden dar lugar a preguntas incomodas. Tanto sobre lo que decidamos «dejar ver» como sobre ¿por qué lo ocultamos? Lo que está claro es que las respuestas de «se me pasó» o «no uso mucho el Facebook», no pueden convencer para siempre.

 

 

Cuestión de edades


El momento puede ser más o menos violento según la franja de edad de que estemos hablando. Un estudio de la investigadora de Facebook Moira Burke señala que cuando los hijos tienen entre 13 y 17 años envían la petición de amistad motu proprio, en un 65% de los casos. A partir de los 17 años solo un 40% de la descendencia toma la iniciativa. Y cuando alcanza la barrera de los 45 años la proporción se equipara y lo normal es que padres e hijos la envíen por igual. Otro informe de la consultora Nielsen para AOL demuestra que el 70% de los padres que tienen cuenta en esta red social hace llegar a sus hijos una solicitud de amistad. Y lo que es peor, el 40% de los hijos que apretaron el botón «aceptar» volvería a atrás si pudiera.

Además, este estudio probó que los padres obligan a sus hijos a aceptar la solicitud de amistad, como condición para poder usar Facebook en un 41% de los casos. Y lo que es peor, un alto porcentaje de padres confesó que solo utiliza la red social para «controlar» a sus hijos.

 

 

El otro «yo»


Expertos en redes sociales proponen una alternativa interesante, para aislar al «yo visible» del «yo real». Creándonos un «Facebook fachada» o Facebook falso podemos mostrar aquella parte de nuestra vida que nos parezca oportuna en cada momento a un determinado grupo de personas. Este Facebook falso debe parecer real. Por ejemplo, hay que agregar a cierta cantidad de personas, añadir fotos y dar muestras de una cierta actividad diaria.

Las ventajas son que podemos tener un control exacto de que es lo que mostramos. Los inconvenientes a juicio del experto en redes sociales David Alayón, es que tener una «doble vida» en Facebook «viola algunas de sus políticas y te arriesgas a que lo eliminen». Además, si es la familia la que trata de rastrearte, hay que pensar que «los resultados de búsqueda de Facebook tienen en cuenta una serie de parámetros» como el número de contactos en común así que igualmente, «si alguien te busca en Facebook, seguramente tu perfil estará mejor posicionado que el falso», previene Alayón.

 

 

Configurar la privacidad


El propio Facebook ha configurado alternativas para evitar que este tipo de cosas sucedan. La seguridad puede configurarse a gusto de todos e incluso se pueden «vetar» algunas informaciones a personas concretas. Según explica David Alayón, Facebook permite «meter a todo el mundo en un grupo o lista general y a la gente "delicada" en otro». De esta manera, cuando vayas a publicar, «siempre puedes elegir una lista que serán aquellos que verán ese mensaje en el muro».