domingo, febrero 03, 2013

Robos y estafas: Crecen los delitos en la Web y las leyes no se actualizan

Según estudios privados, algunas modalidades aumentaron más de un 70% el año pasado. Sin embargo, el robo de identidad virtual aún no está considerado delito y tampoco otras formas de engaño.

“En Internet sos quien quieras ser”. La frase –en boca de un investigador policial dedicado a combatir los delitos informáticos– resume, en gran parte, el origen de los males que trajo aparejados el boom de la red. Haciéndose pasar por un banco, un pirata informático puede lograr que un usuario le revele su clave de transferencia de fondos; simulando ser un adolescente, un pedófilo contacta a sus víctimas; presentándose como un comprador de buena fe, un estafador aprovecha los mercados virtuales para despojar a los desprevenidos.

Según los especialistas consultados, el panorama es preocupante: los delitos informáticos crecen tan rápido como la mismísima Red y nuestra legislación –aunque fue actualizada en 2008– aún tiene grandes vacíos: el robo de identidad virtual no es delito y no existen normas procesales que especifiquen la validez y el procedimiento que debe cumplirse para que un mail sea tomado como prueba en un proceso penal.

Los delincuentes informáticos aprovechan los mercados virtuales para estafar a desprevenidos.
Un dato en medio de la falta de estadísticas: de acuerdo al último informe del sitio Segur-Info, que recaba, estudia y hace seguimientos sobre esta problemática, los mails maliciosos (para obtener información sensible de los usuarios mediante engaños) crecieron un 71% entre 2011 y 2012. En este último año, el sitio recabó 657 denuncias. Hay que tener en cuenta, además, que el “phishing” –como se denomina a esta técnica de defraudación– no es un delito.

Todo esto es un problema que las autoridades, como cualquier fenómeno relativamente nuevo, todavía no se decidieron a encarar con uniformidad. Mientras que el gobierno de la Ciudad acaba de crear la primera fiscalía temática del país, en la Justicia nacional no existe ningún equipo especial, como si los hay en casos de lavado de dinero o de trata de personas.

“Tener una fiscalía de Delitos Informáticos es una necesidad. Hoy se usa la tecnología no solo para estafas; en un homicidio, por ejemplo, parte de la prueba puede ser digital y hay que saber cómo evaluarla y manejarla. Hoy todo es un caos”, aseguró Ricardo Sáenz, fiscal de la Cámara del Crimen de Capital y autor de un proyecto que propone la creación de una Oficina de Coordinación y Asistencia Jurídica y Técnica Especializada en Delincuencia Informática.

“La delincuencia informática constituye una amenaza global para todas las sociedades modernas, en especial cuando la comisión de estos delitos excede las fronteras políticas tradicionales”, dice Sáenz en su proyecto, presentado a la procuradora Alejandra Gils Carbó.

La Policía también tuvo que aggiornarse . En la Federal, la Sección de Informática Criminal Económica (creada en el 2000, que solo se ocupaba de estafas o delitos económicos) fue transformándose hasta llegar hoy a la División Delitos Informáticos. Además desde hace tres años la materia “Delitos Informáticos” es de cursada obligatoria para lograr un ascenso.

En el ámbito de la Ciudad, las investigaciones se complementan entre la División Investigaciones Telemáticas de la Policía Metropolitana (creada en febrero de 2010) y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Justicia porteña.

El fenómeno de los cyberdelitos crece “pero conseguir estadísticas es complicado: las empresas afectadas no los brindan y, en cuanto a pornografía infantil, pasa algo similar por lo sensible de la información”, explicó a Cristian Borghello, de Segur-Info. “Por día nosotros recibimos un promedio de entre 12 y 15 avisos de usuarios que recibieron ‘phishings’ (falsos mails de bancos que piden información personal, por ejemplo). Según el especialista, “sólo el 1 % de las personas a las que se les envía un mail engañoso cae en la trampa”. Pero aún así, es mucho: los correos se mandan de a miles y miles y los estafadores ganan millones.