Aunque en cierto modo se puede decir que
compite con los nuevos y fascinantes Ferrari LaFerrari (con precio por
determinar, sólo se fabricará en una serie de unidades) y McLaren P1
(375 coches a un precio unitario superior al millón de euros), como
nuestro protagonista desvelados en el Salón del Automóvil de Ginebra
(abierto del 5 al 17 de marzo), la obra cumbre de Lamborghini, el
Veneno, no tiene en realidad parangón.
Y no lo tiene, sobre todo, por lo rotundo de su precio: 3 millones de euros antes de impuestos por cada una de las 3 unidades que la marca italiana, propiedad del Grupo Volkswagen, va a fabricar.
Pero, ¿qué tiene un coche para
costar tantísimo dinero? se preguntarán muchos. Pues, además de la
exclusividad que entraña fabricar una serie tan limitada, lo que supone hacer los coches prácticamente a mano,
pero con el rigor que, en este caso, imponen sus tutores germanos, una
tecnología propia del sector espacial. Para hacerse a la idea, el Veneno
está hecho de 4 tipos distintos de la cara y robusta fibra de carbono.
Ligero
Curiosamente, su motor es de
gasolina, sin más, y no híbrido como el que impulsa al McLaren o a otro
rival aún por aterrizar, el Porsche 918 Spyder, en fase final de
ensayos. Eso sí, se trata de un poderoso 6.5 V12 de 751 CV de gasolina aspirado (carece de turbo) colocado en posición central longitudinal con suficiente energía para hacerle «volar» raso por encima de 350 km/h (exactamente homologa 355).
El coche, coupé y estricto biplaza, fija sobre la báscula una ajustada tara de 1.450 kg, poco más que un modelo compacto tipo Volkswagen Golf y, en todo caso, 125 kg inferior al peso de otro súper Lamborghini, el Aventador, que de igual modo producido de forma limitada costaba más de un millón de euros.
Dotado de tracción integral y permanente a las 4 ruedas, el Veneno se gobierna a través de una caja de cambios ISR (de Independent Shifting Rod) de 7 marchas, de naturaleza automático y secuencial.
Cuenta con subchasis delantero y trasero tipo Pushrod (muelles y amortiguadores en una posición prácticamente horizontal), como en los coches de carreras.
Es de aluminio enlazados al resto del vehículo mediante piezas de
carbono en un proceso patentado por Lamborghini y conocido como Forged Composite.
Sólo las llantas incorporan un disco, también de carbono, ideado para
ventilar sus discos de freno, construidos en material cerámico.
Veneno, por cierto, es el nombre de un astado que
dió muerte a un torero en la plaza de San Lúcar de Barrameda en 1914,
fiel a la tradición de la marca tomando para los nombres de sus modelos
los de toros de lidia famosos. ¿Comienzan a entender ahora, anque sea en parte, lo privativo de su coste?