Después de varios años de arduo esfuerzo, ¡por fin tienes la oportunidad de comprar el auto de tus sueños!... Espera un segundo antes de salir a la calle a estrenarlo. ¿En algún momento contemplaste la responsabilidad que significa tener un vehículo de cuatro ruedas y los gastos que éste implica?
En el aspecto económico, no sólo nos referimos al consumo de gasolina o al desembolso que deberás hacer periódicamente por su mantenimiento, sino también a que es muy necesario adquirir un seguro para el auto.
¿Por qué debo hacer esto? Porque el seguro del vehículo puede hacer la gran diferencia de estar protegido o no ante un accidente inesperado, en el cual puedes perder de manera parcial o total tu patrimonio, sufrir algún tipo de lesión e incluso, poner en riesgo tu vida.
Lo primero que debes saber es que la mayoría de las aseguradoras venden a la gente paquetes que protegen a los automóviles en los siguientes casos: robo total del mismo, responsabilidad civil (daños a terceros), gastos médicos, asesoría y defensa jurídica y daños materiales.
Una de las cosas que hace que pensemos más de dos veces la contratación de un seguro es su precio, el cual tenemos la concepción de que siempre es muy alto; sin embargo, nunca pierdas de vista las ventajas del costo-beneficio que este servicio te otorga y por ende, andarás con mayor seguridad por las calles.
El costo de este servicio varía de una aseguradora a otra; también, dependerá del modelo del auto, del sitio en el que vivas, el tipo de cobertura que adquieras (la cual puede ser total o parcial) y también del deducible establecido en el contrato.
Ahora que tocamos el punto del deducible, este tema es uno de los más complejos a entender y con el cual, podemos llegar a tener problemas en el momento en que vivimos en carne propia un accidente y todo por no leer con calma y por completo nuestro contrato.
De acuerdo a magazine.tudecide.com, el deducible es esa cantidad fija que una persona deberá pagarle a la aseguradora cuando la empresa debe cubrir algún tipo de percance. Se aplica en todos los casos. Un cargo extra, por así decirlo, de la anualidad que aportas a la compañía de seguros por tu póliza.
Este es uno de los primeros grandes problemas que un conductor debe afrontar al momento de un siniestro. Debes ser consiente que la mayoría de las pólizas dictaminan que deberás pagarle a tu aseguradora un cinco por ciento del total de los daños materiales, así como el 10 por ciento, en caso de robo o pérdida total.
La revista de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que la función del deducible es que las personas no hagan uso indiscriminado de su seguro, simplemente porque creen que la empresa pagará todos los gastos.
Para entender el concepto, de damos el siguiente ejemplo. Tu auto, para la aseguradora, tiene un valor de 50 mil pesos; contrataste un seguro con cobertura de daños materiales, cuy deducible es del 5 por ciento, porcentaje que se aplicará sobre el valor del coche.
Un día, tienes un accidente y los gastos de la reparación del vehículo fueron valuados en seis mil pesos. Por el deducible, tú deberás pagar a la empresa el cinco por ciento, es decir, dos mil 500 pesos, el dinero que falta lo pondrá tu aseguradora. En caso de que tu incidente implique una reparación que cueste menos que el deducible, puedes decidir reparar el daño por tu cuenta.
Así que si tienes un seguro, date un buen tiempo para revisar con calma y de nueva cuenta tu póliza, ya que como dice segurosyauto.com.mx, es el contrato en donde se plantean las obligaciones y derechos, así como las condiciones generales, particulares y especiales, estas últimas las más importantes y las que, por lo general, vienen en letra pequeña.
Además del asunto del deducible, de acuerdo al sitio de la Condusef y economia.com.mx, estos son algunos aspectos que debes tener en cuenta respecto a lo que la mayoría de las aseguradoras no apoyan a sus clientes y que muy pocos conocen y que aquí te presentamos:
1. Que el conductor esté bajo la influencia del alcohol o drogas.
2. Que quien maneje el vehículo no sea el dueño del mismo y lo haya tomado sin permiso de quien contrató el seguro.
3. No contar con licencia, permiso para conducir o no tener tarjeta de circulación.
4. No haber cubierto con el pago de la póliza en la fecha estimada o no haber realizado la renovación.
5. Roturas, descomposturas mecánicas o fallas en algunas piezas, a menos de que esto haya sido causado por alguno de los riesgos que sí están cubiertos por la póliza.
6. Pérdidas o daños en la parte baja del vehículo por conducir fuera de caminos trazados o en aquellos que se encuentran en mal estado.
7. En caso de accidente, la indemnización te será pagada a valor comercial de bien amparado, siempre y cuando se haya contratado un servicio a valor de reposición.
8. El pago de tu auto, en caso de robo o pérdida total, se hará con base en el valor comercial, lo cual significa el tomar en cuenta la depreciación del mismo.
9. Para que la compañía de seguros pueda realizar el pago o la reparación de los daños, el conductor deberá entregarles todos los documentos que le soliciten. En caso de no tener alguno de los papeles, el proceso se detendrá.
10. En la mayoría de los casos, la cobertura del seguro se hace prácticamente sobre todo el territorio nacional, aunque que dependiendo del servicio que hayas contratado, puede ser que también tu auto esté protegido en el extranjero y quizá lo desconozcas.