En marzo de 2013 el volumen de las importaciones de oro por parte de China superó en dos veces el récord anterior, según los datos más recientes. ¿Está preparándose el gigante asiático un 'airbag' ante eventuales problemas con el dólar?
Según el Ministerio de Censos y Estadísticas de Hong Kong, el total de las importaciones de oro de China a través de Hong Kong ascendió en marzo
a 223,5 toneladas.
El récord anterior fue establecido en diciembre de 2012 con 114,3 toneladas. Es decir, que China importó una cantidad récord de oro antes de la caída de los precios a mediados de abril. El 16 de abril el precio del metal amarillo cayó hasta los 1.321 dólares por onza, perdiendo el 14% en tan sólo unos días.
Los analistas esperan un nuevo aumento de las importaciones de oro por parte de China y otros países de la región Asia-Pacífico. Según el Consejo Mundial del Oro (World Gold Council), China e India abarcan más de la mitad del total de la demanda mundial de oro.
Los expertos indican que varios países se aseguran de esta forma contra los riesgos financieros y económicos, como aquellos conectados con la política monetaria supersuave de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. o contra eventuales problemas con las monedas de reserva. Cuanto más oro tiene, tanto más espacio para maniobra tendrá en el caso de catástrofes con las principales monedas de reserva como el dólar o el euro, destacan los analistas.
Según datos del FMI y del banco Mundial, en comparación con 2004, las reservas de divisas de China han aumentado en más del 700%, conteniendo suficiente como para comprar dos veces las reservas de oro de los bancos centrales del resto del mundo.
El récord anterior fue establecido en diciembre de 2012 con 114,3 toneladas. Es decir, que China importó una cantidad récord de oro antes de la caída de los precios a mediados de abril. El 16 de abril el precio del metal amarillo cayó hasta los 1.321 dólares por onza, perdiendo el 14% en tan sólo unos días.
Los analistas esperan un nuevo aumento de las importaciones de oro por parte de China y otros países de la región Asia-Pacífico. Según el Consejo Mundial del Oro (World Gold Council), China e India abarcan más de la mitad del total de la demanda mundial de oro.
Los expertos indican que varios países se aseguran de esta forma contra los riesgos financieros y económicos, como aquellos conectados con la política monetaria supersuave de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. o contra eventuales problemas con las monedas de reserva. Cuanto más oro tiene, tanto más espacio para maniobra tendrá en el caso de catástrofes con las principales monedas de reserva como el dólar o el euro, destacan los analistas.
Según datos del FMI y del banco Mundial, en comparación con 2004, las reservas de divisas de China han aumentado en más del 700%, conteniendo suficiente como para comprar dos veces las reservas de oro de los bancos centrales del resto del mundo.
China levanta una 'muralla' contra los flujos especulativos de EE.UU. y de la UE
China está dispuesta a cambiar su estrategia monetaria para defenderse de los flujos de capital especulativo y se esfuerza por controlar el flujo de fondos del extranjero. ¿Trata Pekín de abrir un nuevo frente de guerra contra EE.UU. y el dólar?
La decisión se produce después de que las exportaciones en abril indicaran que tanto la economía de China como la demanda mundial se están recuperando. Sin embargo, los economistas no tardaron en sospechar que las cifras fueron infladas artificialmente por inversionistas, entre ellos de EE.UU., que hacen apuestas especulativas sobre el yuan.
Según los datos del Ministerio de Comercio de China, durante el primer trimestre de 2013 empresarios de EE.UU. y de la UE han sido los inversores más activos en el gigante asiático. Durante los primeros 3 meses de este año, las empresas estadounidenses han invertido 1.060 millones de dólares y las europeas 2.050 millones de dólares.
Ante el riesgo de que esos flujos pudieran conducir a una rápida apreciación que desestabilizaría las exportaciones y la economía en general, el Banco Popular de China ha comenzado a intervenir fuertemente en el mercado cambiario doméstico.
Los negociantes informaron a Reuters que los reguladores les consultaron sobre la demanda de bonos a tres meses, lo que sugiere que el banco central se está preparando para retirar sistémicamente el efectivo a largo plazo de la oferta monetaria para mitigar el impacto de los flujos de dinero caliente que se usa para obtener un beneficio a corto plazo, lo quel podría repercutir en las tasas de interés, el mercado y el crecimiento económico del país.
La estimación de Reuters de los flujos de dinero caliente se basa en datos oficiales, según los cuales unos 181.000 millones de dólares especulativos podrían haber entrado en China en el primer trimestre, lo que se habría visto impulsado parcialmente por la política monetaria suave de Estados Unidos y de Europa.
Según los datos del Ministerio de Comercio de China, durante el primer trimestre de 2013 empresarios de EE.UU. y de la UE han sido los inversores más activos en el gigante asiático. Durante los primeros 3 meses de este año, las empresas estadounidenses han invertido 1.060 millones de dólares y las europeas 2.050 millones de dólares.
Ante el riesgo de que esos flujos pudieran conducir a una rápida apreciación que desestabilizaría las exportaciones y la economía en general, el Banco Popular de China ha comenzado a intervenir fuertemente en el mercado cambiario doméstico.
Los negociantes informaron a Reuters que los reguladores les consultaron sobre la demanda de bonos a tres meses, lo que sugiere que el banco central se está preparando para retirar sistémicamente el efectivo a largo plazo de la oferta monetaria para mitigar el impacto de los flujos de dinero caliente que se usa para obtener un beneficio a corto plazo, lo quel podría repercutir en las tasas de interés, el mercado y el crecimiento económico del país.
La estimación de Reuters de los flujos de dinero caliente se basa en datos oficiales, según los cuales unos 181.000 millones de dólares especulativos podrían haber entrado en China en el primer trimestre, lo que se habría visto impulsado parcialmente por la política monetaria suave de Estados Unidos y de Europa.