Las sanciones económicas impuestas por Occidente contra Pyongyang han retrasado significativamente la expansión de su programa nuclear, según un informe confidencial de expertos de la ONU divulgado por Reuters.
"A pesar de que la imposición de las sanciones no ha suspendido el desarrollo del programa nuclear ni de misiles balísticos de Pyongyang, sí logró, muy probablemente, retrasarlos considerablemente", reza el informe de 52 páginas. "La imposición de sanciones financieras y las prohibiciones del comercio de armas privó a Corea del Norte de una importante financiación que habría sido destinada a sus actividades prohibidas", declararon los expertos de la ONU.
El grupo de expertos de la organización internacional recomendó al Consejo de Seguridad de la ONU sancionar también a tres entidades norcoreanas y a 12 individuos. Las tres entidades que, según el informe, deben ser incluidas en 'listas negras' de Occidente son los recién creados Ministerio de Industria de la Energía Atómica, el Departamento para la Industria de Municiones del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte y el Consejo Estatal para el Desarrollo Espacial.
Entre los individuos mencionados por los expertos figuran el ministro de Industria de la Energía Atómica, una vez sea nombrado, y cuatro funcionarios de alto rango del Departamento para la Industria de Municiones del Partido.
Asimismo, el grupo de expertos destacó que Pyongyang "sigue desafiando a la comunidad internacional con una serie de actos que han aumentado la preocupación sobre sus verdaderas intenciones". En particular, explicaron que "Corea del Norte no ha cesado en sus intentos de importar y exportar piezas importantes para sus programas de armas nucleares y misiles balísticos", mencionando la incautación entre los años 2008 y 2012 de los cargamentos armamentísticos destinados a Siria e Irán.
Tras la tercera prueba nuclear norcoreana, realizada en febrero de 2013, la ONU endureció las sanciones contra Corea del Norte, incluyendo la imposición del embargo de armas y otras restricciones internacionales al comercio con Pyongyang.
Al mismo tiempo, EE.UU. y Corea del Sur empezaron una serie de maniobras conjuntas con bombarderos capaces de portar armas atómicas. En respuesta, Pyongyang amenazó con ataques nucleares contra ambas naciones y contra Japón, aliado de EE.UU. en la región.
El grupo de expertos de la organización internacional recomendó al Consejo de Seguridad de la ONU sancionar también a tres entidades norcoreanas y a 12 individuos. Las tres entidades que, según el informe, deben ser incluidas en 'listas negras' de Occidente son los recién creados Ministerio de Industria de la Energía Atómica, el Departamento para la Industria de Municiones del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte y el Consejo Estatal para el Desarrollo Espacial.
Entre los individuos mencionados por los expertos figuran el ministro de Industria de la Energía Atómica, una vez sea nombrado, y cuatro funcionarios de alto rango del Departamento para la Industria de Municiones del Partido.
Asimismo, el grupo de expertos destacó que Pyongyang "sigue desafiando a la comunidad internacional con una serie de actos que han aumentado la preocupación sobre sus verdaderas intenciones". En particular, explicaron que "Corea del Norte no ha cesado en sus intentos de importar y exportar piezas importantes para sus programas de armas nucleares y misiles balísticos", mencionando la incautación entre los años 2008 y 2012 de los cargamentos armamentísticos destinados a Siria e Irán.
Tras la tercera prueba nuclear norcoreana, realizada en febrero de 2013, la ONU endureció las sanciones contra Corea del Norte, incluyendo la imposición del embargo de armas y otras restricciones internacionales al comercio con Pyongyang.
Al mismo tiempo, EE.UU. y Corea del Sur empezaron una serie de maniobras conjuntas con bombarderos capaces de portar armas atómicas. En respuesta, Pyongyang amenazó con ataques nucleares contra ambas naciones y contra Japón, aliado de EE.UU. en la región.
EE.UU. lanza su primer drone desde un portaaviones
La Armada de EE.UU. ha lanzado un prototipo de avión no tripulado desde el portaaviones George H.W. Bush, lo que supone un primer paso en su programa de desarrollo de drones 2017-2020.
El avión no tripulado X-47B puede volar a una altura superior a 12.000 metros y tiene un alcance de más de 2.100 millas náuticas, según AP. El aparato efectúa tareas de reconocimiento de manera completamente automática, aunque también puede ser dirigido por un operador. Sin embargo, para atacar aún depende del control humano.
El desarrollo de estos drones ampliaría los espacios que EE.UU. podría atacar sin que un país extranjero le permita tener tropas en su territorio. El coste total del programa de prototipos es de unos 1.400 millones de dólares.
Mientras que la Armada de EE.UU. ha celebrado el lanzamiento diciendo a través de su cuenta de Twitter que "así se escribe la historia", la prueba del X-47B fue criticada por la organización de derechos humanos Human Rights Watch.
Los opositores del programa consideran que su desarrollo derivará en el uso de aviones no tripulados automáticos en operaciones que impliquen víctimas mortales. El empleo de drones estadounidenses en territorios extranjeros también está siendo criticado a causa de las numerosas víctimas civiles que provoca.
"Siempre habrá una responsabilidad en aquellos que hayan dado una orden" de que los drones "operen autónomamente sin control humano y en el proceso maten a civiles inocentes", ya sea "el presidente de EE.UU. o el capitán del barco", destaca el analista político Lajos Szaszdi.
El desarrollo de estos drones ampliaría los espacios que EE.UU. podría atacar sin que un país extranjero le permita tener tropas en su territorio. El coste total del programa de prototipos es de unos 1.400 millones de dólares.
Mientras que la Armada de EE.UU. ha celebrado el lanzamiento diciendo a través de su cuenta de Twitter que "así se escribe la historia", la prueba del X-47B fue criticada por la organización de derechos humanos Human Rights Watch.
Los opositores del programa consideran que su desarrollo derivará en el uso de aviones no tripulados automáticos en operaciones que impliquen víctimas mortales. El empleo de drones estadounidenses en territorios extranjeros también está siendo criticado a causa de las numerosas víctimas civiles que provoca.
"Siempre habrá una responsabilidad en aquellos que hayan dado una orden" de que los drones "operen autónomamente sin control humano y en el proceso maten a civiles inocentes", ya sea "el presidente de EE.UU. o el capitán del barco", destaca el analista político Lajos Szaszdi.