Las personas que beben regularmente y con moderación viven más que aquellas que no beben nada de alcohol, afirma un nuevo estudio.
Los investigadores han descubierto que las personas que no consumen alcohol tienen una mayor tasa de mortalidad, independientemente de si anteriormente fueron grandes bebedores.
Un equipo dirigido por Charles Holahan, psicólogo de la Universidad de Texas, desveló que el consumo moderado de alcohol (de una a tres bebidas al día) está asociado a una menor tasa de mortalidad, informa 'The Independent' citando el estudio publicado en la revista 'Alcoholism: Clinical and Experimental Research'.
Los autores del estudio examinaron datos sobre la mortalidad de los últimos 20 años y observaron un vínculo entre el consumo de alcohol y la mortalidad a una edad avanzada en 1.824 adultos.
Holahan encontró que el alto riesgo de mortalidad era más de dos veces superior en los abstemios, y que los grandes bebedores tenían un 70% de alto riesgo y los bebedores moderados un 23%.
Por supuesto, un estudio como este siempre debe tener en cuenta otros factores de la vida de las personas analizadas. Aun así, el equipo de Holahan confía en que estos factores se han mitigado lo máximo posible, y afirma que los datos muestran diferencias suficientemente significativas entre los grupos que confirman su conclusión.
Un equipo dirigido por Charles Holahan, psicólogo de la Universidad de Texas, desveló que el consumo moderado de alcohol (de una a tres bebidas al día) está asociado a una menor tasa de mortalidad, informa 'The Independent' citando el estudio publicado en la revista 'Alcoholism: Clinical and Experimental Research'.
Los autores del estudio examinaron datos sobre la mortalidad de los últimos 20 años y observaron un vínculo entre el consumo de alcohol y la mortalidad a una edad avanzada en 1.824 adultos.
Holahan encontró que el alto riesgo de mortalidad era más de dos veces superior en los abstemios, y que los grandes bebedores tenían un 70% de alto riesgo y los bebedores moderados un 23%.
Por supuesto, un estudio como este siempre debe tener en cuenta otros factores de la vida de las personas analizadas. Aun así, el equipo de Holahan confía en que estos factores se han mitigado lo máximo posible, y afirma que los datos muestran diferencias suficientemente significativas entre los grupos que confirman su conclusión.
Metadona, buen fármaco para personas adictas a la heroína
Los tratamientos farmacológicos con metadona coadyuvarán a que las personas adictas a la heroína puedan abandonarla.
Así lo ha declarado este sábado Olga Ginés, directora general de Casta Salud, una importante empresa privada en el sector de servicios de salud mental y psicogeriatría de España.
Ginés, cuya compañía lleva a cabo el 'Proyecto Metadona' para el Instituto de Adicciones de Madrid, en declaraciones a Europa Press, ha asegurado que el método se desarrolla en la unidad de farmacia de Casta Salud y en los 'metamóviles', vehículos que distribuyen fármacos a los pacientes.
De acuerdo con Ginés, en la unidad se elabora la solución de clorhidrato de metadona al uno por ciento, posteriormente, se distribuye a centros de atención a drogodependientes.
Los 'metamóviles', a su vez, están a cargo de entregar la metadona a las personas, que por diferentes motivos, no pueden recoger estos medicamentos en los centros.
La supervisión y el control de la calidad de la dispensación figura entre las responsabilidades de esta unidad por medio de las visitas que realizan a las farmacias, según la experta.
“Se trata de un sustitutivo opiáceo en forma de fármaco que permite favorecer el tratamiento de desintoxicación de la heroína. Además, a través de las redes móviles somos capaces de llevar la metadona a personas que tienen una vida normalizada y que no pueden dejar de trabajar para ir al centro de drogodependientes para recoger su dosis de metadona”, ha explicado.
En la actualidad, se ha puesto en marcha una investigación sobre los polimorfismos genéticos entre afectados que reciben tratamiento con metadona y que toman otros medicamentos para otras patologías, ha agregado.
“Todas las personas estamos predestinadas a metabolizar más o menos rápido un medicamento. En el momento en el que se hace una determinación genética podemos determinar exactamente el nivel de dosis de fármaco que realmente le va a hacer efecto, incidiendo así en la medicina personalizada”, ha indicado Ginés.
En este mes en curso finalizará el proyecto, cuyos resultados se darán a conocer a lo largo del mes de enero.