Dentro de un par de años en las autopistas de todo el mundo aparecerán los automóviles robóticos: podrán seguir sus rutas, girar, mantenerse dentro del carril correspondiente, cambiar la velocidad y frenar sin la intervención del hombre.
Toyota Motor Corporation anunció que tiene planeado lanzar la producción en serie de este tipo de coches a partir de 2105. Como primer paso, equipará sus automóviles con el sistema de conducción automática en autopistas de alta velocidad, donde no hay cruces y no existe la posibilidad de que aparezca un peatón. Se supone que esta medida aliviará la carga sobre los conductores y disminuirá los atascos.
Concretamente, el sistema calculará las distancias hasta los coches vecinos y, dependiendo del resultado, cambiará la velocidad independientemente del conductor. La autonavegación permitirá mantener el automóvil dentro del carril debido y calcular una velocidad óptima en el momento de girar.
La siguiente fase será aplicar el sistema del giro del volante y del freno automático en las carreteras urbanas con una velocidad de menos de 40 kilómetros por hora, para el caso en el que aparezca inesperadamente un peatón. Hoy en día los Lexus ya están equipados con freno automático. Para el año 2015 el gigante japonés de la industria automovilística tiene programado conseguir bajar el coste del dispositivo hasta los 1.000 dólares y empezar a usarlo en sus gamas más bajas.
Concretamente, el sistema calculará las distancias hasta los coches vecinos y, dependiendo del resultado, cambiará la velocidad independientemente del conductor. La autonavegación permitirá mantener el automóvil dentro del carril debido y calcular una velocidad óptima en el momento de girar.
La siguiente fase será aplicar el sistema del giro del volante y del freno automático en las carreteras urbanas con una velocidad de menos de 40 kilómetros por hora, para el caso en el que aparezca inesperadamente un peatón. Hoy en día los Lexus ya están equipados con freno automático. Para el año 2015 el gigante japonés de la industria automovilística tiene programado conseguir bajar el coste del dispositivo hasta los 1.000 dólares y empezar a usarlo en sus gamas más bajas.
El Ejército de EE.UU. quiere armar a sus soldados con el traje de Iron Man
La tecnología usada por el superhéroe de ficción Iron Man está cada vez más cerca de convertirse en realidad para ayudar a los militares de Estados Unidos.
El Ejército estadounidense ha encargado el desarrollo de un artefacto llamado Tactical Assault Light Operator Suit (TALOS), algo así como un traje ligero de operador para asalto táctico, que proporcionaría al usuario habilidades sobrehumanas como visión nocturna, aumento de la fuerza y protección contra los disparos, informa el portal The Verge.
Cada traje tendría un ordenador de a bordo para responder de forma inmediata a determinadas situaciones y proporcionar al usuario una mayor perspectiva de la situación. De acuerdo con el comunicado de prensa, el traje puede usar armadura líquida, actualmente en desarrollo en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), que tiene la capacidad de "transformarse de líquido a sólido en milisegundos cuando se aplica un campo magnético o una corriente eléctrica".
El objetivo es lograr una protección antibalas para todo el cuerpo, que permitiría en teoría al usuario caminar literalmente a través de una ráfaga de balas. El traje tendría además un panel que estaría en contacto con la piel, capaz de detectar y responder a la temperatura interna del cuerpo, la temperatura de la piel, el ritmo cardíaco y los niveles de hidratación.
Cada traje tendría un ordenador de a bordo para responder de forma inmediata a determinadas situaciones y proporcionar al usuario una mayor perspectiva de la situación. De acuerdo con el comunicado de prensa, el traje puede usar armadura líquida, actualmente en desarrollo en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), que tiene la capacidad de "transformarse de líquido a sólido en milisegundos cuando se aplica un campo magnético o una corriente eléctrica".
El objetivo es lograr una protección antibalas para todo el cuerpo, que permitiría en teoría al usuario caminar literalmente a través de una ráfaga de balas. El traje tendría además un panel que estaría en contacto con la piel, capaz de detectar y responder a la temperatura interna del cuerpo, la temperatura de la piel, el ritmo cardíaco y los niveles de hidratación.