La mayoría de las empresas de telecomunicaciones usan el método de encriptación A5/1, que tiene 30 años de antigüedad, lo que ofrece a la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) muchas posibilidades de actuación.
Miles de millones de los mensajes del texto y llamadas privadas que se transmiten cada día en todo el mundo se someten a una decodificación y un meticuloso examen en las instalaciones de la NSA. Así lo muestran las más recientes revelaciones del periódico 'The Washington Post' basadas en documentos internos de la agencia filtrados por Edward Snowden.
Desde hace años los expertos en codificación de datos advierten a la compañías del sector sobre la necesidad de actualizar el sistema A5/1, muy vulnerable al 'hackeo', o les ofrecen métodos nuevos. Pero las operadoras han llegado a ser presionadas por los servicios especiales de EE.UU. y otros países para que no sigan esos consejos.
La tecnología existente, afirmó David Wagner, un informático de la Universidad de California citado por el periódico, "se diseñó hace 30 años, y no esperaría usted que un coche de 30 años tuviera los mecanismos de seguridad más modernos".
Las leyes estadounidenses estipulan que es ilegal que la NSA supervise las conversaciones telefónicas entre ciudadanos del propio país sin una orden judicial. Pero no prohíben la cooperación internacional con los servicios de inteligencia extranjeros, y estos aparentemente también son capaces de descifrar cantidades ingentes de material telefónico, incluidas las conversaciones entre ciudadanos de EE.UU.
Se trata del mismo método de vigilancia que recientemente llenó los titulares de todos los medios de información debido a la escucha telefónica a Angela Merkel y otros líderes europeos. Con este control masivo, las escuchas tradicionales, todavía usadas por la Policía con la respectiva autorización judicial, prácticamente ya no tienen sentido.
Los documentos filtrados por Snowden indican que la agencia estadounidense puede procesar el protocolo A5/1 codificado incluso sin poseer las claves de cifrado usadas por cada operadora en particular. La tecnología que emplean facilita superar la falta de claves.
Desde hace años los expertos en codificación de datos advierten a la compañías del sector sobre la necesidad de actualizar el sistema A5/1, muy vulnerable al 'hackeo', o les ofrecen métodos nuevos. Pero las operadoras han llegado a ser presionadas por los servicios especiales de EE.UU. y otros países para que no sigan esos consejos.
La tecnología existente, afirmó David Wagner, un informático de la Universidad de California citado por el periódico, "se diseñó hace 30 años, y no esperaría usted que un coche de 30 años tuviera los mecanismos de seguridad más modernos".
Las leyes estadounidenses estipulan que es ilegal que la NSA supervise las conversaciones telefónicas entre ciudadanos del propio país sin una orden judicial. Pero no prohíben la cooperación internacional con los servicios de inteligencia extranjeros, y estos aparentemente también son capaces de descifrar cantidades ingentes de material telefónico, incluidas las conversaciones entre ciudadanos de EE.UU.
Se trata del mismo método de vigilancia que recientemente llenó los titulares de todos los medios de información debido a la escucha telefónica a Angela Merkel y otros líderes europeos. Con este control masivo, las escuchas tradicionales, todavía usadas por la Policía con la respectiva autorización judicial, prácticamente ya no tienen sentido.
Los documentos filtrados por Snowden indican que la agencia estadounidense puede procesar el protocolo A5/1 codificado incluso sin poseer las claves de cifrado usadas por cada operadora en particular. La tecnología que emplean facilita superar la falta de claves.