"Encontramos que las diferencias individuales en la cantidad de materia gris en ciertas regiones del cerebro están relacionadas con el grado de sensibilidad al dolor de diferentes personas", dijo Robert Coghill, el autor principal del estudio.
Más de cien personas participaron en esta investigación, en la que una pequeña área de la piel de su brazo o pierna fue calentada a 49º C.
Tras calificar la intensidad de su dolor, los participantes se sometieron a imágenes por resonancia magnética que registraron imágenes de su estructura cerebral.
"Los sujetos con mayor intensidad de dolor tenían menos materia gris en las regiones del cerebro que contribuyen a los pensamientos y al control de la atención interna", explicó Nichole Emerson, otra autora del estudio.
"La actividad en modo automático puede competir con la actividad cerebral que genera una experiencia de dolor, de manera que los individuos con el modo automático de alta actividad tendrían reducida su sensibilidad al dolor", detalló.
El cerebro está formado de materia gris y blanca. La materia gris procesa la información de forma similar a un ordenador, mientras que la materia blanca coordina las comunicaciones entre las diferentes regiones del cerebro.