Por más de una década, Poly Implant Prothèses (PIP), empresa francesa, dominó en la producción de implantes de seno. Recientemente, se descubrió que estaban hecho con materiales de baja calidad que podrían estar relacionados con el desarrollo de cáncer de mama.
Un hombre francés de nombre Jean-Claude Mas
fundó en 1991 una empresa que se convirtió en una mina de oro en poco
tiempo y que le dio la oportunidad de convertirse en archimillonario de
la noche a la mañana. Se trata de la compañía Poly Implant Prothèses (PIP), pionera en la fabricación de implantes de mama hechos a base de silicón.
Desde que arrancó operaciones, PIP fabricaba un poco más de 100 mil
implantes por año, los cuales, además de distribuirse en territorio
francés, se exportaron a diversos países europeos, como Gran Bretaña,
Alemania, España, Italia, Australia y al continente Americano; sobretodo
a Brasil, Venezuela, Argentina y México.
En 2010, varias de las mujeres que se colocaron implantes PIP no hacía
más de tres años, este producto puede durar en buen estado entre 20 y 25
años, reportaron su ruptura.
Ante esta situación se realizaron varios estudios en donde se descubrió
que el gel con el que estaban rellenas no era puro, pues contenía un
aditivo para carburantes que finalmente generaba la fractura, indica elmundo.es.
El propio Mas aceptó que por los problemas económicos por los que
atravesaba su empresa, la cual estaba al borde de la quiebra, decidió
producir las prótesis con un material de baja calidad
y no reconocido por las autoridades sanitarias para ahorrarse costos de
fabricación y seguir obteniendo el mismo margen de ganancias.
Para profundizar sobre este tema, De10.mx entrevistó a el doctor Rodolfo Othón Vázquez,
cirujano plástico certificado por la Asociación Mexicana de Cirugía
Plástica (AMCPER), quien señala que México fue el primer país en
descontinuar en el mercado a los implantes PIP, por ahí de febrero de
2010, pues varias pacientes con menos de siete años con las prótesis
sufrieron el rompimiento de las mismas.
"Hace ocho o diez años, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris) avaló a las prótesis PIP, pues cumplían con todos los
requisitos de pureza en el relleno, resistencia, tensión y elongación",
explicó el médico, quien agrega que los hechos de silicón son
precisamente los más seguros, ya que es un material biocompatible que al
estar resguardado por una bolsa no causa mayor peligro.
Tras el descubrimiento del fraude hecho por PIP, algunas mujeres con
dichos implantes han presentado problemas de irritabilidad e inflamación
en la zona y se está investigando si éstos, por los materiales con el
que estaban hecho, podrían causar cáncer, ya que varias de las portadoras han desarrollado dicha enfermedad.
Se estima que en México, entre 1994 y 2010, se colocaron aproximadamente cinco mil de estas prótesis francesas,
por lo que el doctor Otón sugiere a todas esas mujeres que se pusieron
unos PIP acudir con su médico para someterse a revisión sin perder la
calma, ya que aún no se ha comprobado que exista un vínculo o incidencia
directa del compuesto de dichos implantes con el cáncer de mama.
Exploración, ultrasonido, resonancias son algunos de los estudios que
los médicos deberán practicarles a todas las pacientes para conocer si
sus prótesis se encuentran en perfecto estado o si ameritan cambiarlos a
manera de prevención, aunque el cirujano Vázquez recomienda el cambio
para quienes se hayan colocado unas PIP en menos de 10 años y así
reducir cualquier tipo de riesgo.
Othón Vázquez explica que
los implantes tienen dos usos fundamentales: cirugía estética y cirugía
reconstructiva; además no todas las mujeres son candidatas a practicarse
este procedimiento, pues está prohibido en menores de edad y en
aquellas que tengan alguna enfermedad autoinmune, como artritis reumatoide, pues los implantes podrían desencadenar alguna de ellas.
Cabe aclarar que existen dos tipo de prótesis.
Hay unas redondas, las cuales se utilizan en aquellas damas que quieren
aumentar el tamaño o volumen de sus senos y las anatómicas o también
conocidas como "forma de gota", mismas que son utilizadas en cirugías
reconstructivas, ya que tienen la forma natural de la mama. Ambas poseen
texturas para darle mayor naturalidad.
Los materiales que se utilizan para los implantes y que resultan ser los
más seguros son precisamente el silicón, los de soluciones salinas, que
en realidad ya van de salida, pues no suelen ser de larga duración, y
los de poliuretano, que se utilizan en casos extremos cuando con
anterioridad ya se han tenido complicaciones con los otros tipos.
El cirujano, Otón Vázquez aclara que "no hay implantes de fabricación
mexicana; comúnmente utilizamos aquellos de denominación inglesa,
francesa, norteamericana e incluso brasileña", los cuales, para poder
ser colocados y distribuidos en el país, deberán cumplir con ciertos
requerimientos avalados por la Cofepris.
"No estaría de más que las pacientes investiguen antes de operarse qué
implantes tendrán impuestos y comunicarse con este organismo para
comparar la información", agregó el médico.
Además, el experto comenta que todos los implantes poseen una etiqueta
con un número de serie y de lote que se puede rastrear para determinar
su autenticidad; también cabe señalar que todos tienen garantía que
cubren cualquier defecto de fabricación o ruptura, algunas cuyo plazo es
por 10 años, mientras que otras la tienen de por vida, como las de la empresa Natrelle.
¿Hay riesgos en esta cirugía? "Como todas" dice el doctor Rodolfo Otón;
en el quirófano podrían presentarse problemas por la anestesia,
sangrados, hematomas e infecciones, aunque con los avances médicos, en
la actualidad la posibilidad de que se presente un evento como estos es
muy bajo.
Las personas que quieran realizarse una operación de este tipo le
costará ente mil 300 y dos mil 100 dólares (entre 17 mil y 27 mil pesos
aproximadamente), sólo por las prótesis. A esto habría que añadirle los honorarios del cirujano más los gastos hospitalarios.
Cualquier mujer que se decida a colocarse unos implantes, según el
médico, podrá tener una vida normal, viajar en avión y bucear cuantas
veces quiera y sólo sugiere que se practiquen revisiones periódicas,
tanto con el cirujano plástico como con el ginecólogo, cada seis meses.