Un simple fallo mecánico (la
mala conexión de un cable), pudo ser el causante de los excepcionales
resultados del experimento que, el pasado mes de septiembre, midió neutrinos más veloces que la luz. Investigadores del experimento Opera (el mismo que realizó las mediciones, en la imagen) anunciaron ayer por la noche que habían identificado dos posibles fallos que invalidaban el que pudo ser uno de los mayores descubrimientos de la Física de todos los tiempos.
Un
auténtico jarro de agua fría para todos los que creyeron que se había
abierto, de repente, una nueva rama de la Física. Y un lacónico "ya lo
decía yo" para los que, por el contrario, estaban razonablemente
convencidos de que detrás del experimento que detectó neutrinos super
veloces se ocultaba alguna clase de error.
El experimento ATLAS en el LHC
Antonio
Ereditato, portavoz de la colaboración Opera en el Laboratorio Nacional
del Gran Sasso, en Italia, aseguró anoche que "se han identificado dos
elementos que podrían haber afectado significativamente a los resultados
que se anunciaron" el pasado mes de septiembre.
El primero de los fallos se debió, sencillamente, a la mala conexión del cable de fibra óptica que transportaba la señal de GPS al reloj principal del experimento. Y el segundo radicaba en el propio GPS, que podría haber proporcionado a los ordenadores marcas de tiempo erróneas
durante la sincronización de los eventos. "Estos dos elementos -explicó
Ereditato- pueden modificar el tiempo de vuelo de los neutrinos en
ambas direcciones".
Como
se recordará, los investigadores de Opera midieron en septiembre de
2011 el tiempo que tardaban haces de neutrinos en recorrer los 750 km.
de distancia entre el CERN,
el gran laboratorio europeo de física, cerca de Ginebra, y los
detectores del Gran Sasso, bajo los Apeninos italianos. Y hallaron que
los neutrinos llegaban a su destino 60 nanosegundos antes que la luz,
algo que contradice la teoría de la Relatividad formulada por Einstein y según la cual nada puede moverse más deprisa que la luz, que viaja a 300.000 km. por segundo.
Una
gran parte de la comunidad científica recibió esos resultados con gran
escepticismo, ya que son muchas las pruebas que confirman la validez de
la teoría enisteniana. Los propios autores de las mediciones, que
pidieron ayuda a sus colegas internacionales para encontrar el posible
error, estaban convencidos de que algo había funcionado mal, aunque no
pudieron localizar el fallo.
Se
buscó, primero, algún error de procedimiento, y varios equipos
sugirieron mejoras en la forma de realizar las mediciones. Dos meses
después del primer e impactante anuncio, los investigadores llevaron a
cabo un segundo experimento mejorado, pero los resultados volvieron a ser los mismos. Los neutrinos, aparentemente, seguían siendo más veloces que la luz.
Un cable ajustado
Ahora,
sin embargo, parece haber quedado claro que la discrepancia de 60
nanosegundos en favor de los neutrinos tiene su origen en la citada mala
conexión. Una vez ajustado el cable se comprobó, en efecto, que el
tiempo que tardaban los datos en pasar a través de él coincidía con los
60 nanosegundos de ventaja que, supuestamente, los neutrinos le sacaban a
la luz. Por lo que los investigadores creen que es precisamente ahí
donde está el tan buscado fallo.
Sin
embargo, Ereditato también dijo que será necesario comprobar de nuevo
los datos y verificar si, efectivamente, el problema ha quedado
resuelto. No olvidemos, además, que otros laboratorios (en Estados
Unidos y Japón) llevan ya meses preparando sus propios experimentos para
medir la velocidad de los neutrinos.
El caso, pues, no se considera aún totalmente cerrado.
La apuesta es demasiado elevada y es necesario llevar a cabo tantas
pruebas como sea posible para llegar a un resultado definitivo, y saber
si, efectivamente, los dos errores detectados son suficientes para
explicar la ventaja de los neutrinos en su carrera contra la luz.